Sin duda alguna, esta es una de esas películas que será perpetuada en el imaginario de todos aquellos que por cualquier razón tienen una referencia histórica personal en la militancia política y social.
El Laberinto del Fauno reúne política, infancia, magia y cuento de hadas en un extraordinario y envolvente drama lleno de sorpresas e imaginación.
La obra soberbia del talentoso director Guillermo del Toro, trae al cine la posibilidad irreverente de contrastar la Guerra Civil Española y el arte de la fábula, que se mezclan en el mundo real, provocando un espectacular y fantástico sentimiento de dolor, amor, odio e indignación.
La película cuenta la historia de Ofelia, una niña de diez años que para sobrevivir a la represión y a un escenario de violencia junto a su padrastro, un oficial fascista, crea un mundo de fantasía que a través de un imaginario fascinante consigue liberarse de la opresión vivida en los conceptos retrógrados de la España de 1944.
El filme, aparte de mostrar las cuestiones políticas de la época, tiene una peculiaridad: la de llevar al espectador a comprender los motivos que le significaron premios de la academia: mejor director de arte, banda sonora, mejor fotografía y mejor filme extranjero, entre otros. Es como dicen los cinéfilos posmodernos, tenemos aquí una parada obligatoria respecto a la cinematografía.
Estoy convencida de que esta expresión artística propuesta en la pantalla, nos remite a la Guernica de Picasso, señalando la incoherencia de los horrores de la guerra y las posibilidades de libertad que sólo ella trae.
Dejo aquí la recomendación de una película que me dejó perpleja y al mismo tiempo me motivó a retomar la reflexión sobre las posibles ligaciones entre realidad y fantasía, entre mito y razón.
¡Es memorable!
Vea el tráiler:
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