De forma bastante organizada se implantará a partir del día sábado 8 de febrero la recolección selectiva puerta a puerta en el Barrio Betânia y sus adyacencias, en la región Oeste de Belo Horizonte. La localidad hasta hace poco tiempo era una región habitacional, en su gran mayoría de trabajadores, y hoy se compone también de una parte de la clase media más simple.
El técnico Henrique, responsable por la movilización social para la implementación planeó muy bien todos los abordajes de puerta a puerta para todo el equipo del Departamento de Movilización Social. El proceso es tranquilo y el servicio fluye de manera alegre y relajada.
Mucho más por el placer de participar y entrar en contacto con la población, allá estaba yo con mis 72 años de edad al lado de muchachos y muchachas, brotes en sus 20 años, un poco más o un poco menos, estudiantes en práctica o jóvenes servidores, todos mucho más jóvenes que yo. El trabajo es arduo, y todavía más con este sol inclemente de casi 40 grados al descubierto. Se aplica en el rostro y brazos el filtro solar, sin embargo, el calor e incluso la claridad estridente exigen mucho vigor y salud.
En cada puerta, el discurso es adaptado para el tipo de persona que nos atiende: jóvenes, ancianos, dueñas de casas, jubilados y jubiladas, gente de las más variadas profesiones, edades y maneras de tratarnos. Se le entrega a cada uno de los residentes o representantes, en el caso de los establecimientos comerciales, un folleto explicativo que enseña qué y cómo debe ser separado: papel, plástico, metal y vidrio. Las reacciones son las más variadas. Escuchamos todas, pero memorizamos sólo los mensajes positivos.
Cada uno de nosotros llama en la casa o en los edificios por interfono, golpeando los portones y puertas, o incluso gritando “¡Municipalidad-SLU!”, y espera el atendimiento imprevisible. Explicamos personalmente y de forma individual cómo debe ser hecha la separación de los materiales que deben ser colocados secos y limpios, en una misma bolsa o saco plástico y dejado frente a la casa, edificio o establecimiento, hasta las 8 de la mañana del sábado de ahora en adelante. Algunos intercambian ideas, hacen preguntas y muestran curiosidad para entender la complejidad de la recolección selectiva. Llegan a preguntar, por ejemplo, cómo es que los recolectores de basura sabrán lo que es o no reciclable. Otros se muestran satisfechos y dicen que “ya era tiempo” de que el barrio tuviera recolección selectiva.
Ahora la Municipalidad ya puede jactarse de extender un poco la recolección selectiva más allá de la región de las elites privilegiadas de Belo Horizonte.
Lo más interesante es que en la mayoría de las casas las personas ya escucharon algo sobre la recolección selectiva. Lo que falta es la práctica. La práctica, transformar las informaciones en acciones, es el gran paso para una nueva cultura de descarte de residuos. El mayor resultado de la implantación de la recolección selectiva es el trabajo de consciencia de la población sobre lo que puede ser reciclado, lo que significa economía de productos y materia prima.
Los más esclarecidos podrían argumentar que esa tarea debería ser financiada por las empresas, industria y comercio, que son los generadores de esos materiales: la llamada logística reversa. “La logística reversa es el área de la logística que trata de los aspectos de retornos de productos, embalajes o materiales a su centro productivo”. Es una posición inteligente. Quien genera esos materiales tiene que responsabilizarse por su recogimiento.
En la fase actual, la recolección selectiva, es una modalidad de recolección con costos para el poder público, o sea, usted y yo, todos nosotros pagamos para hacer la recolección, que debería ser pagada por los fabricantes y comerciantes de los referidos productos, embalajes y materiales reciclables en general.
La recolección selectiva por el momento abastece galpones de antiguos recolectores que trabajaban en las calles y que hoy se encargan de la división, enfardado y comercialización de los materiales reciclables con una renta que les hace valer la pena tanto trabajo. Y desde mi punto de vista, la recolección selectiva agudiza la visión y la consciencia de las personas comunes sobre el valor de los materiales. Quién sabe si dentro de algunos años alcanzamos la Logística Reversa.