Para cualquier compra de inmuebles, les aconsejo a los interesados aguardar algunos meses más. La primera sugerencia es aguardar el Feirão de la Caixa Económica Federal que, en Belo Horizonte será el día de los enamorados, 11 y 12 de junio del 2011. Puede ser una ocasión para ganar un buen regalo.
El boom del sector inmobiliario da señales de estertores. Las obras en curso son apuradas con la alardeada contratación de profesionales y subcontratistas. Las que aún no fueron iniciadas, titubean a la espera de nuevas señales. Sí, porque en el sistema de mercado prevalece más el instinto que la razón, no existe un plan respetable, las empresas actúan en base de intentos, aciertos, errores, en la certeza de que si todo fracasa, el Gobierno, con nuestro dinero, el mío, el suyo y el de millones de otros brasileros socorrerá a esos millonarios para que no causen desempleo. ¡Sólo riendo para no llorar!
El mercado es perverso e insondable, al menos aparentemente. Nadie con sentido común puede explicar cómo de una hora para otra, un inmueble que valía 50.000 reales en un año o dos pasa a valer 200.000, cuando los salarios, especialmente del gran patrón, que es el servicio público, permanecen estables: aumentos, ninguno, y reajustes sólo por debajo de la inflación oficial, que nunca alcanza los dígitos. Para los millones de jubilados, los valores de las jubilaciones pierden anualmente una buena parte de su valor. Esperan que hasta la muerte estos sobrevivan con menos de un salario mínimo, que continúa siempre “mínimo”. La clase trabajadora, hasta ahora asistida con el programa Mi Casa Mi Vida, fue “beneficiada” con un corte de 5 billones en el presupuesto federal para este año. Resta la clase rica y media alta, la mayoría que adquiere uno o dos bellos inmuebles para residencias familiares y una decena para arriendo, cuyos estándares habían perdido completamente los frenos.
El gobierno, como suele acontecer siempre en la economía de mercado, aprieta aquí, suelta por allá, y va tomando un remedio para un mal, otro para efectos colaterales y así va intentando atender las presiones continuas y variadas que aparecen por aquí y por allá.
La demanda habitacional del país no será atendida mientras prevalezcan las reglas del “mercado”, ella es mantenida en permanente déficit para garantizar los generosos lucros. Este año, para asegurar sujetar el peligro de la inflación y para estabilizar la deuda interna, el Banco Central nuevamente conquista el título de campeón de intereses en el mercado mundial. Este aumento tendrá varios efectos maléficos para los dependientes de adquisición o arriendo de inmuebles. Se elevan los intereses reales a tasas mucho más altas que la tasa SELIC (Sistema Especial de Liquidación y de Custodia), oficialmente declarada por los órganos del gobierno. Por otro lado, disminuye la fuerza de la inversión productiva, incentivando la especulación financiera, mucho más fácil de administrar y con más garantía al lucrar. Establecer controles de precios para controlar la inflación ni pensar, pues comprometería la imagen liberal que el PT tan duramente conquistó durante el gobierno de Lula.
Quien observe las áreas de grandes obras de construcción percibirá a simple vista la tendencia de caída de las grandes construcciones. En Belo Horizonte, en el Barrio Castelo y sus adyacencias, movido también por los caminos del estadio Mineirão para los partidos de la Copa del Mundo, ya se percibe una significativa reducción del ritmo de los emprendimientos. En la Región Norte, la famosa obra de la Mata dos Werneck pasó de los proclamados 75.000 apartamentos para los 72.000 ahora anunciados con cautela y por el momento ya no se habla más del asunto. El monstruoso emprendimiento, en los dos sentidos, debe salir gradualmente y como siempre, sin ningún planeamiento, pero con una inversión mucho menor que los diez billones alardeados preliminarmente, para conseguir la aprobación del alcaide y sus ediles.
Por lo tanto, la crisis del sector está anunciada. Dejo de citar el término burbuja, primero por ser una referencia específica para el caso norteamericano y también porque aquí el endeudamiento es adquirido en gran parte con la Caixa Económica Federal que evalúa bien los mutuarios y garantiza su parte distribuyendo la cautela entre muchas aseguradoras nacionales e internacionales.
Abra los ojos amigo mío, evite adquirir inmuebles AHORA, espere una baja que se avecina y que vendrá, aun con la demanda todavía fuerte. La demanda existe, lo que no existe son recursos elevados para los precios de los inmuebles que en este momento están al borde de la estupidez. Vaya con calma. Suspenda las negociaciones y aguarde, por lo menos hasta el próximo Feirão de la Caixa. Allá probablemente van a aparecer muchos corredores desesperados con la caída de las ventas, lo que ya podrá ser percibido en los próximos tres meses.
Cuando usted escuche la opinión de algún “especialista” tiene que saber que se trata de un profesional del mercado inmobiliario que vive de comisiones de ventas, y que por lo tanto depende del volumen de negocios, y jamás admitirá ninguna idea de burbuja en el sector. Pero el raciocinio es bien simple. Después de décadas de paralización, total escasez y un déficit enorme, el gobierno federal durante el inicio del segundo mandato de Lula reabrió los financiamientos habitacionales.
Entregar un crédito para una pareja que quiere tener casa propia en un país que bordea el empleo pleno es “papaya con azúcar”, como diría Dadá Maravilha. Pero la aprobación del crédito para una constructora hasta la entrega de las llaves es mucho tiempo, son varios años, pesquisas de mercado, planeamiento en todos los aspectos, desde lo arquitectónico a la localización, compra de terrenos, contratación de mano de obra, equipamientos, etc.
Pero finalmente en el segundo semestre del 2011 una gran cantidad de inmuebles nuevos que son fruto de este proceso entrarán en el mercado y, atendida la demanda de los más apresados, y para no quedar encallados, los precios se tornarán, si no atrayentes, menos insensatos. Y para comprobar la ley de oferta y demanda, el mercado quedará en oferta, como todo este tiempo quedó en demanda. Y puede acontecer lo imprevisible, constructoras necesitando dinero para saldar compromisos pueden desencadenar una guerra de precios, pero esta vez para abajo. Por fin veremos si existe o no la tal burbuja. Si usted es del tipo que no le gusta rasgar dinero, debe tener un poco de paciencia y pagar para ver. Un abrazo y hasta luego.