Hasta el inicio de los años sesenta era una enorme alegría, toda la semana que antecedía el carnaval con los grupos carnavalescos provenientes de las villas y de los barrios más cercanos, con predominancia de hombres vestidos de mujer. En los tres días de carnaval, bloques dispersos y la concentración de las fiestas en los clubes y asociaciones. El sindicato de los funcionarios bancarios era el punto animado de los trabajadores. Era una linda fiesta. Collares hawaianos originales e improvisados, muchos confetis y serpentinas, lanzaperfume fabricado en São Paulo, Rodo y Rodouro entorpeciendo las mentes e incrementando la alegría.
En 1961, el Presidente Jânio Quadros prohibió el uso del lanzaperfume. Pero el carnaval continuó regado de la recién creada caipiriña, después la caipiríssima o caipiroska.
Después de 1964, con la llegada de los militares al poder, cuando Belo Horizonte y todas las capitales perdieron el derecho de elegir el alcalde, el carnaval parecía más un velorio ambulante que otra cosa. Lo mejor era ir para el interior, donde había carnavales famosos como los de Ouro Preto, São João del Rei, Diamantina, Caxambu, Cambuquira, o el de Poços de Caldas. Sólo se quedaba en Belo Horizonte quien no le gustaba el carnaval o no tenía condiciones de salir. Con el pasar de los años, aparecieron carnavales famosos como el de Pompéu y Abaeté, mucho más próximos a Belo Horizonte. No es por ser mi tierra natal, pero el de Pompéu es el que seguramente tiene las mujeres más bonitas. Y por allá la ocasión es bastante liberal.
Estábamos resignados a nunca más disfrutar el carnaval ni ver los bloques desfilando por las calles, plazas y avenidas de Belo Horizonte. Terminó la divertida animación de las personas, el clima de fiesta, las percusiones de las escuelas de samba, ni sabía cómo estaban los bailes si es que todavía habían, ¿será que aún se acuerdan de las antiguas marchinhas de Braguinha e de Lamartine Babo?
Las calles de BH con tránsito fácil, los restaurantes y cines sin filas, la oportunidad de una caminata por las montañas, si São Pedro nos ayudase con su benevolencia y colaborase con el tiempo firme.
A partir de 1975, ya en la abertura política, dio el aire de gracia la famosa Banda Mole, hombres vestidos de mujer, que pasó por todas esas décadas saliendo después del medio día del sábado que antecede los festejos momescos, con fiesteros aislados y en algunos años trajo el carnaval de los recolectores de materiales reciclables, trayendo alegría, sambas, marchinhas, axé y varios ritmos musicales. Este año arrastró, entre otros, el bloque Baianas Ozadas. Algunos bloques y escuelas de samba insistían en presentarse una vez u otra sin grandes destaques.
En estos dos últimos años, el carnaval de Belo Horizonte mejoró bastante. Comienzan bien temprano los ensayos y calentamientos de los bloques de Carnaval para mover el esqueleto y caldear los tambores. La municipalidad apoya discretamente. Todo parte del propio pueblo. Democracia carnavalesca.
Son decenas de bloques esparcidos por los barrios de la ciudad, con destaque para los siguientes: Oba (barrio Serrano), Fera Neném (Carmo), Blocão do Gutierrez, que reúne a enamorados de los animales y Atrás do Jacaré (Pampulha), la banda Sagrada Folia, que hace un evento tradicional del barrio Sagrada Familia, reuniendo a miles de persones en el estadio Independencia. Diz que me Ama, Pô y Renafolia animan las calles de los barrios Anchieta y Rensascença, respectivamente, Bloco Vexame (Santa Amélia), Bloco do Golo (Santa Inês), Impresta 10 (Santa Tereza), Folia Alegria (Tupi), Bloco dos Corredores (Centro) y ¡Tá Mole, Mas é Meu! (Nova Gameleira).
A Santê y os Inocentes de Santa Tereza, en la avenida Afonso Pena, la Banda Mole invita a los fiesteros y varios artistas para participar del Carnaval, el Zen Noção (Serra), Vovó Zona (Santa Inês), Mocidade Independente da Serrinha. Amigos do Gueto (Serra), Imagina Que… (Santa Efigênia), Carnabernardo – Bloco do Feijão (São Bernardo), Cai & Çara (Caiçara), Bar do Leblon (Floresta), Os Sobrinhos do Tio Diceu (Buritis) y Bloco da Peruca (Boa Vista). El Carnanejo anima el Balvedere, El Bloque Saravá, el barrio Funcionarios, el Apae Folia se presenta en Santa Tereza y el Trem Doido en el barrio Jaraguá.
El Bloco das Deslumbradas en la Pampulha, el Pão Molhado en el Padre Eustáquio, y el Me Beija que Eu Sou Pagodeiro, en el barrio Gutierrez. El Enche Meu Copo y As Virgens do Formigueiro Quente en los barrios Esplanada y Mantiqueira, respectivamente.
En los puntos de ensayo era posible ver a familias enteras en la formación de los bloques, hasta niños que hacían gracias bailando samba. La gente se mezcla alegremente, blanca, negra, morenas y rubias en total integración. Confetis y serpentinas son una raridad. Disfraces moderados, con predominio de los hombres vestidos de mujer. Más canciones y juegos. Y el público agradecido aplaude. Bebida desde el fortificante açaí hasta la cervecita helada. Nada en demasía. Un joven vendiendo cerveza en la espalda y los recolectores de latitas corriendo de un lado a otro para juntar el aluminio. Las máscaras son muy pocas y moderadas y son pocos los escotes más osados. Todo en familia. Uno de los recolectores abandonó el trabajo y cayó en la fiesta mostrando que sabe contar con samba en el pie.
Las marchinhas son tradicionales y muchas son hechas por músicos mineiros. El destaque quedó para la excelente melodía de la marchinha satírica “la Marcha do Pó Royal”: Dejaron Polvo Royal caer en el suelo / en pleno baile de carnaval / Creí que iba a haber confusión / pero el grupo lo encontró genial. El polvo llegó volando en el salón / qué farra sensacional dio hasta noticia en la televisión / se transformó en el Baile del Polvo Royal. El polvo roza el pie / el pie roza el polvo / El polvo roza el pie / el pie roza el polvo… ¿Ese polvo es de quien yo estoy pensando? / Ah, sí es, ah, sí es / Usted sabe, yo también lo sé / Ah, sí es, ah, sí es / No lo difundas que va a ser mejor…