IV – São Romão: Tradiciones Religiosas y Culturales
De la serie Peregrinaciones Religiosas en el Gran Sertón
La ciudad de São Romão, situada en la región norte del estado de Minas Gerais, localizada en los márgenes del Río São Francisco, en el circuito turístico Urucuia Grande Sertão, es una ciudad cuna de antiguas tradiciones religiosas, tierra de un pueblo que es dueño de una riqueza cultural inigualable, de una gran diversidad de expresiones de fe vivenciada en la religiosidad popular. Según los historiadores, considerada una de las ciudades más importantes del sertón mineiro del siglo XVIII, fue escenario de violentas batallas trabadas entre forajidos de la justicia de todo Brasil y Portugal con los indios nómades, aldeanos y esclavos forajidos. Más tarde fue marcada por el inconformismo ante el yugo colonial, cuando explotó la revolución del sertón, primera revuelta contra la corona portuguesa, que transformó el lugar en un escenario de luchas. Los primeros habitantes fueron los indios Caiapós, antiguos habitantes de la isla situada frente a la ciudad, que según los relatos fueron expulsados de la tierra y diezmados en su cultura y sus tradiciones por los colonizadores.
Con el pasar de la historia, São Romão se fue tornando escenario de diversas expresiones de fe de la religión del pueblo. La pequeña ciudad tiene como mayor patrimonio el legado cultural de los antepasados, indígenas, africanos y portugueses. Tal vez influenciados por sus primeros colonizadores y evangelizadores, se inició una gran devoción a San Antonio, que por mucho tiempo fue patrono del lugar. Hoy, entre tantas fiestas de su tradición religiosa, merece destaque la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. La celebración centenaria acontece en la tradicional Iglesia del Rosario, en el inicio del mes de octubre, con sus tradiciones y reinados. Rey y Reina desfilan en cortejo por las calles de la ciudad en un majestuoso homenaje a la madre de los pueblos negros, a la Señora del Rosario.
Cada año el pueblo del lugar y visitantes sienten el corazón pulsar de entusiasmo y ánimo a la espera de las festividades, que van desde los alegóricos movimientos de la caballada hasta las celebraciones litúrgicas con levantamiento de mástil y procesiones. Dichas festividades acontecen siempre animadas por la banda de música Sete de Setembro, que alegra las mañanas con sus alboradas y acompaña todos los actos durante el evento. Otra notable alegoría es la divertida danza folclórica del congado y de los caboclos. El congado es compuesto de un grupo de danzarines vestidos caracterizados, con bombos y panderos, que emociona a todos con sus bamboleos y cantigas diversificadas, entre ellas las que recuerdan los conflictos de los pueblos negros con la sociedad de la época, inclusive con la Iglesia oficial. La caballada, en un reverente homenaje a la protectora de los negros del sertón, circula alrededor de la Iglesia en una animadísima alegoría, con los animales adornados con los colores rojo y verde, acompañados con el sonar de los quinzos, sorprendiendo con la figura cómica y confusa del payaso Zé Bode, haciendo a todos soltar carcajadas. Después de la presentación, sigue un ritual festivo en las residencias del Rey y de la Reina, donde son servidos deliciosos dulces, en su mayoría de frutos del cerrado.
La danza de los caboclos hace zambullirse en la historia. Ellos también vestidos para la ocasión, con faldones y cocares indígenas, cantan y danzan durante procesiones y cortejos por las calles de la ciudad, vibrando sus arcos y flechas haciendo emerger la memoria de los primeros habitantes del lugar.
San Romão también cultiva las tradiciones de la Folía de Reyes, de San Gonçalo do Batuque y del Buey de Reyes. El batuque, danza de origen africana, caracterizada por requebrados, palmas y zapateados, son acompañados por las cantigas ritmadas por un instrumento musical llamado roncador. Esto fue inmortalizado por la figura de doña Maria do Batuque, que por muchos años también comandó el Buey de Reyes, arrastrando a centenas de personas por las calles de la ciudad y alegrando las noches de enero.
Otra fiesta que está tomando proporciones sorprendentes tanto de cantidad de público como de infraestructura son las cabalgatas de San Sebastián, lideradas por un joven abogado, el Dr. Marcelo Meireles. La cabalgata de San Sebastián, cada 20 de enero, reúne a cientos de caballeros venidos del interior del municipio y de toda la región.
Vale la pena recordar que según las versiones de algunos estudiosos, el inicio de las cabalgatas tiene como punto de partida la domesticación de los caballos ocurrida en toda Europa, Norte de África y principalmente en el Medio Oriente. En Brasil las cabalgatas son realizadas por diversos motivos, religiosos, turismo ecológico, deportivo, cívico o por simple diversión. En el norte de Minas Gerais las cabalgatas por motivación religiosa son del gusto del pueblo, alcanzando todas las clases sociales y edades, yendo desde líderes políticos hasta el más simple de los labradores. Numerosas procesiones a caballo acontecen durante el año rumbo a los tradicionales centros de peregrinación de las diversas regiones y también durante las fiestas de diferentes santos populares.
La cabalgata de San Sebastián en São Romão se inicia siempre en la Plaza de la Estación de Buses en el inicio de la mañana, con la recepción de los caballeros que van formando el cortejo, teniendo al frente la imagen del santo, hasta el balneario Riacho da Ponte, donde acontecen los shows de artistas regionales y la fiesta propiamente dicha, con mucha comida y bebida, siempre distribuidos de forma gratuita. Al día siguiente acontece la festividad en la sede de la parroquia con el levantamiento del mástil, la misa, procesión y cierre con la elección de los fiesteros del año siguiente.
Sea cual sea la motivación, devoción, turismo o diversión, los caballeros de San Sebastián sueñan con la llegada del día de la fiesta para cabalgar alegremente por las calles y caminos, participando de una bella experiencia de convivencia humana.
São Romão cuenta todavía con la más bella área de esparcimiento de la región, el balneario situado al margen de la Vereda do Riacho da Ponte, punto turístico que con sus aguas cristalinas atrae a miles de personas en días festivos y feriados. Lugar especial para descanso, retiros espirituales y ecoturismo. Podrá tornarse un verdadero oasis si a través de campañas educativas junto a la población y el poder público, emprendemos para lograr la preservación ambiental y protección del precioso manantial.
Históricamente el Riacho da Ponte fue la comunidad preferida para la realización de celebraciones sacramentales. Católicos venían de diversas regiones del extenso municipio para asistir a las misas, a hacer confesiones, bautizos, matrimonios, pagar promesas y hacer la primera comunión en la majestuosa capillita dedicada a Santa Teresita, que actualmente está necesitando algunos arreglos.
Finalmente, preciado lector, pienso que São Romão es sin duda un palco milenario de grandes manifestaciones religiosas con un valor histórico y cultural inigualable. Quiera Dios que la cultura religiosa popular continúe viva, frente a las modas hedonistas y consumistas de los grandes medios de comunicación que sólo buscan ganar audiencia de forma fácil.
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