II – Santa da Pedra, Romería y Devoción Popular
De la serie Peregrinaciones Religiosas en el Gran Sertón
El pequeño distrito de Santa da Pedra en el municipio de São João do Pacuí, en el norte de Minas Gerais, a cada año, se torna uno de los lugares con más movimiento de la región, cuando miles de visitantes venidos en romería de todas partes del estado, circulan en sus calles rumbo a la pequeña iglesia para agradecer las gracias y bendiciones concedidas por la intercesión de un Santo o Santa, titulado en la región como Santa da Pedra, representada por una silueta de piedra negra, imagen encontrada en un barranco, cerca del arroyo do Sumidouro, muy próximo a la sede del distrito.
La fiesta en homenaje a la Santa da Pedra comienza siempre en el último fin de semana de agosto, pero las romerías de visitas se extienden por el mes de septiembre, cuando cientos de romeros, en busca de milagros llegan para celebrar una centenaria historia de devoción a un santo o santa milagrosa que apareció en una piedra, donde desde entonces son innumerables los relatos de milagros ocurridos a lo largo de la historia de las peregrinaciones al lugar.
Según los habitantes más antiguos, hace casi un siglo, cuando el distrito todavía era una hacienda, peones buscaban a una vaca que se había escapado del resto del rebaño cuando percibieron que el animal paró cerca de una piedra y no se movía de ese lugar. Cuando fueron a verificar vieron grabada en la piedra la imagen de un santo o una santa. Al avistar el fenómeno, los peones no tuvieron ninguna duda de que se trataba de un milagro o de algo misterioso y llevaron al santo a la casa de su patrón. Al otro día, al despertar, no encontraron la piedra en la hacienda. El material había retornado misteriosamente para el mismo lugar. Varias veces se intentó sacar la Piedra de allá, pero inexplicablemente siempre acababa en el lugar en que fue encontrada. La única manera de retirar el santo de allá fue construyendo una capilla y en ella un altar para colocarlo y venerarlo con cantos, rezos y oraciones en medio de pedidos de agradecimientos. Allí permanece hasta hoy. La vieja capilla fue recientemente reformada, siendo erguida una nueva iglesia con nuevos ambientes para acoger a los romeros y visitantes que se multiplican cada año.
El detalle más curioso es que aunque el distrito y la propia piedra sean conocidos como santa, la devoción es a un santo. La imagen que se forma en la piedra es atribuida a San Juan Bautista, siendo querido por la religiosidad popular y venerado por el pueblo de la región a través del catolicismo popular cada 24 de junio hace siglos, siendo celebrado con rezos, folías, cuadrillas, fuegos y fogatas.
El municipio de São João do Pacuí, con su emancipación política del 10 de diciembre de 1996, desmembrado del municipio de Coração de Jesus, está inserido en el circuito turístico Sertão Gerais, siendo su área territorial un parque espeleológico sorprendente, de cara a sus elevaciones de calcáreo que guardan un notable acerbo construido por la naturaleza con el correr de los tiempos, fuente inagotable de pesquisas que retratan fielmente la evolución de la humanidad, a través de innumerables grutas que registran el pasaje del hombre prehistórico, marcadas por símbolos o por dibujos multicolores no identificados. La región es rica en grutas, destacándose la región del Espigão en el municipio de Coração de Jesus, donde fue encontrado un esqueleto de aproximadamente diez mil años, y la del Sumitumba, al lado de la cual se descubrió también un cementerio indígena milenario.
La romería de Santa da Pedra está llena de leyendas, historias y hechos reales que sustentan la fe del pueblo mineiro de la región del Vale do Rio Pacuí, históricamente masacrado por el sufrimiento humano, por la falta de políticas públicas justas y por el distanciamiento entre ricos y pobres, en la esperanza de días mejores. En las romerías tradicionales el pueblo tiene su propio ritmo. Los romeros acostumbran deambular libremente para conocer el lugar, visitar al Santo, besar el altar u objetos ligados a la imagen milagrosa, recorrer la Iglesia, encender velas, visitar la Sala de Milagros, hacer sus pedidos particulares y manifestar su devoción. En Santa da Pedra, como en otros lugares de peregrinación, la principal actitud de los romeros es tocar la piedra con las manos, ocasión en que hacen sus agradecimientos y pedidos. Así, ciertamente por los designios del creador es que, en este contexto de fe, devoción, tradición y religiosidad popular, el misterioso mundo del hombre del pasado va de a poco siendo revelado, mostrando que la fe sobrepasa los límites del tiempo y de la racionalidad humana.