VivaViola –Viva el pueblo brasileño

Antes de hablar de este bonito encuentro de seis violeros, grandes personas, habilidosas y comprometidas con la cultura brasileña, vale la pena hablar un poco sobre la historia de la viola.

Algunos estudios muestran que con la influencia de instrumentos árabes, surge en España la guitarra latina con cuatro pares de cuerdas. Con el paso del tiempo fue evolucionando y llegó a Portugal con el nombre de viola. Llegó a Brasil en manos de los jesuitas con cinco pares de cuerdas, siendo usada para la catequización de los indios junto a las tradiciones de las Fiestas de Reyes y del Divino. Rápidamente pasó a ser el instrumento más popular de Brasil, siendo fabricado por los propios nativos. Con la llegada de la guitarra, la viola pasó a ser cada vez más asociada al mundo rural, mientras la guitarra se considera más urbana. La primera grabación de la viola en estudio fue hecha por un grupo de Reisado, liderado por el paulista Cornélio Pires en 1929. A partir de ahí comenzaron a surgir las duplas caipiras como Tonico e Tinoco o Belmonte e Amaraí. Con el alto flujo migratorio del campo hacia las ciudades durante el siglo pasado, con la difusión del pop extranjero en el país y reforzado con la llegada de los militares al poder, la viola fue perdiendo espacio, pero aún así, permanecieron algunos focos de resistencia. Es importante recordar a violeros como Zé Coco do Riachão, Tião Carreiro o Renato Andrade, que ayudaron a la mantención de tradiciones e innovaciones en la viola. Es un instrumento de infinitas posibilidades.

Actualmente, la viola está recobrando su fuerza, volviendo a despertar el interés de todos, en este movimiento imprescindible de reconocimiento de las raíces y de la identidad del pueblo brasileño.

Los mineros Bilora, Chico Lobo, Gustavo Guimarães, Joaci Ornelas, Wilson Dias y Pereira da Viola están sin duda bien posicionados en este gran árbol ancestral, poseyendo el don de la innovación y de la creación.