Al leer y oír las propuestas sobre la salud de los dos candidatos con mayor intención de votos a la presidencia de la República, quedo con la sensación de que ellos continúan sin propuestas, o mejor dicho, con las viejas ideas de construir unidades de salud. Uno habla de 500 unidades de Pronto Atendimiento (UPAs), otro, 154 Asistencias Médicas Ambulatorias (AMAs) y están aún los Ambulatorios Médicos de Especialidades (AMEs).
¿Más construcción para qué? ¿De qué salud están hablando? ¿De qué sistema? ¿De qué modelo? ¿De qué financiamiento? Nadie sabe decirlo… Y aún más grave, si preguntamos a cada uno en sus debates y entrevistas cuál será la función social y epidemiológica de esas unidades, ¿quién responde? Algunos dirán: las UPAs, AMAs y AMEs hacen las mismas cosas, atienden pacientes en cuadros de menor gravedad en las áreas de clínica médica, pediatría y cirugía general o ginecología. Atienden, sobretodo, casos de fiebre, alergia, presión alta, gripe, heridas pequeñas, inhalación, curativos, electrocardiograma, cauterización y retiro de puntos.
Yo diría que esas acciones ya forman parte de las responsabilidades sanitarias de los Equipos del Programa Salud y Familia (PSF). Pero el PSF no es novedad. No se puede decir eso. Nació en 1994 durante el gobierno de Itamar Franco. Debo hablar algo “nuevo”, algo que sea “mi” propuesta, “yo” inventé, tiene “mi” ADN, “mi” huella digital. ¿Será que es así que piensan los presidenciables?
Para qué recordarles que el Programa de Agentes Comunitarios de Salud (PACS/PSF) es herencia de ideas revolucionarias, de sueños de sanitaristas que vienen históricamente defendiendo otra forma de pensar y de hacer salud, eso ellos ya lo saben. Que el PACS/PSF va más allá de los procedimientos de las enfermedades, de las hogueras de vanidades político-partidarias y corporativas eso ellos ya lo saben. Al final, ya convivieron con varios de esos sanitaristas.
¿Decirles que el PSF es basado en una nueva ética social y cultural, y que lucha en cada gobierno para afirmarse mientras una política de estado, serviría de algo? Afirmar que el PSF desea desde su origen, hace 16 años, tornarse de hecho el coordinador del sistema, servicios y acciones integradas de salud, cambiaría las propuestas de los presidenciables? Pues ellos saben y ya vieron de cerca las ganancias de las Estrategias del PACS/PSF en la salud y en la vida de los individuos, familias y comunidades.
Ellos vieron de cerca esos profesionales cuidando de las familias en forma cariñosa, respetuosa y digna. Y aún más, aprendiendo con ellas que no basta vivir, es necesario vivir bien y feliz. Eso exige coraje, dedicación y una jornada incansable. Eso también ellos ya lo saben. Por eso, este artículo trae en su título “Ni uno menos”, parafraseando el filme del cineasta chino Zhang Yimou de 1999. En él, la profesora substituta Wei Minzhi de trece años, una niña entre tantas, tuvo el coraje de enfrentar las adversidades de la ciudad grande para traer de vuelta a su alumno.
Hago esta conexión ficticia con el PSF para recordar que en Brasil, 240 mil Agentes Comunitarios de Salud (ACS), 32 mil equipos del PSF, 20 mil equipos de salud bucal y 1.158 Núcleos de Apoyo a la Salud de la Familia (NASF), actuando en 5.357 municipios brasileños buscan incansablemente a cada individuo, prestándole atención a la salud, cuidando del estado de diabetes, hipertensión, lepra, alcoholismo, tabaquismo, dengue, prenatal y amamantamiento materno, entre otras tantas acciones.
Estos profesionales, aliados a las familias y comunidades luchan para traer de vuelta los objetivos originales del PSF:
(1) Prestar en la unidad de salud y en el domicilio, asistencia integral, resolutiva, continua, con poder de resolución y buena cualidad de salud de la población adscrita;
(2) Intervenir en los factores de riesgo a los que la población está expuesta;
(3) Elegir la familia y su entorno social como núcleo básico de abordaje en el atendimiento de salud;
(4) Humanizar las prácticas de salud a través del establecimiento de un vínculo entre los profesionales de salud y la población;
(5) Proporcionar el establecimiento de asociaciones a través del desarrollo de acciones intersectoriales;
(6) contribuir para la democratización del conocimiento del proceso salud/enfermedad, de la organización de los servicios y de la producción social de la salud;
(7) Hacer que la salud sea reconocida como un derecho de ciudadanía y, por lo tanto, expresión de la calidad de vida y;
(8) Estimular la organización de la comunidad para un ejercicio social efectivo. Estos son los valores y principios que orientan el PSF.
En esa dirección sería importante que los presidenciables recordasen que los recursos de Brasil son los mismos, necesitan ser bien invertidos. Invertidos no en edificios ni construcciones (más unidades de salud) y sí en la gente. Digamos que al igual que en la escuela donde la tiza, instrumento de trabajo de los educadores, era celosamente cuidada y economizada, así debería ser con la salud. Unirse a los demás gestores del Sistema Único de Salud (SUS), estaduales y municipales, en las pequeñas, medianas y grandes ciudades, en una agenda combinada y solidaria rumbo al fortalecimiento del PSF integrado a las UPAs, AMAs, AMEs, Hospitales Universitarios y Santas Casas, cuando sea necesario. Este es el mejor camino. Eso ellos ya lo saben, sólo falta la humildad y el coraje de la joven profesora Wei Minzhi para saber lidiar con el pasado, ampliando en el presente los caminos para el futuro del Brasil que queremos. ¡Por eso Ni Uno Menos! Todos en redes integradas por una salud digna de las familias brasileñas.