El reciclaje en Brasil: imagine a su hijo en esa situación

Publicado por Heliana Kátia Tavares Campos 8 de mayo de 2012

Baños horrendos, inmundos, fétidos. Duchas transformadas en depósitos de esqueletos de refrigeradores, sanitarios quebrados. ¿Puertas? ¿Cómo? ¿Armarios? Están bromeando. ¿Qué es eso? Esa imagen no es de ficción. Ojalá lo fuese. Ella puede ser encontrada cerca suyo, en la gran mayoría de las instalaciones de recuperación de residuos operada por miles de recolectores. Es sólo andar por ahí, por las calles y pasajes de las ciudades. Buscando chatarras, en los llamados galpones de separación, centrales de reciclaje, verá, sin necesidad de una percepción aguda, ojos de lince u olfato de can, la vida salvaje dedicada a la protección del ambiente en Brasil. Vida salvaje en su más cruel significado. Salvaje en el Descuido, en el abandono, en la falta de respeto. Son tres conceptos para posibilitar la tercera de las 3 R´s de la Reducción, Reutilización y Reciclaje. Esta es la realidad de las instalaciones de recuperación de residuos de Brasília, tanto las operadas exclusivamente por los recolectores como aquellas con operación compartida entre estos y las empresas privadas contratadas para gerenciar los equipamientos.

La fotografía que según Drummond es la gran sierva de la Naturaleza, puede no lograr captar la tan dura realidad encontrada en estas instalaciones, que no resistieron a una visita de la vigilancia sanitaria y tampoco del Ministerio Público. Qué decir de la del cuerpo de bomberos… Hay que descubrirlas, recorrerlas silenciosamente, con la mente y el corazón abiertos. Hay que respirarlas. Los ambientalistas, los proyectistas, los (ir) responsables por la “limpieza urbana”, por las políticas sociales y de generación de trabajo, empleo y renta, los que se importan con el ambiente natural y con el ser humano podrían dedicar un minutito de su existencia y contemplar esa importante porción del “ciclo nada virtuoso” del reciclaje en Brasil.

La visón con olfato dará vida a la fotografía contribuyendo sociológicamente para el registro y el análisis sobre las condiciones de trabajo del profesional recolector de materiales reciclables. La definición de la profesión por el Código Brasileño de Ocupación registra fielmente su condición, con excrecencia. Sino veamos: “El trabajo es ejercido por profesionales que se organizan de forma autónoma o en cooperativas. Trabajan para la venta de materiales a empresas o cooperativas de reciclaje. El trabajo es ejercido a cielo abierto, en horarios variados. El trabajador es expuesto a variaciones climáticas, a riesgos de accidentes en la manipulación del material, a accidentes de tránsito y, muchas veces, a la violencia urbana. En las cooperativas surgen especializaciones del trabajo que tienden a aumentar el número de puestos, como los del seleccionador, separador, enfardador de chatarras y operador de prensa”. Como diría Gabeira, “¿Qué es eso compañero?”.

Los trabajadores que realizan el extraordinario trabajo de buscar, transportar, separar, compactar, enfardar y devolver al proceso industrial la materia que fue retirada de la naturaleza para ser reciclada merecen más respeto. Su reconocimiento como profesional aún está en el discurso y muy pero muy distante de lo cotidiano. La ganancia financiera por los trabajos realizados no compensan tamaño sacrificio. En la capital del país que posee uno de los más altos costos de vida, la ganancia de un recolector o de una recolectora puede variar de 200 a 500 reales por quincena. Para un país que viene demostrando capacidad de driblar la crisis financiera mundial con inversiones y creación masiva de empleos, esos números avergüenzan. Si usted es como Santo Tomás y necesita ver para creer, camine por las calles de la periferia de su ciudad. Ellos están por ahí, por todo Brasil. Quién sabe si con mayor publicidad se entienda esta situación de otro modo. Los recolectores merecen y carecen de una solución que venga, pero que no sea tan débil que no atienda las necesidades de la actual generación que hace tanto tiempo viene luchando por su derecho de ejercer la profesión dando muestras de organización y significado para nuestro futuro.

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