Limpieza Urbana en Belo Horizonte: Tecnología e Inclusión – parte 2
Movilización y participación social a partir de 1993
Dentro de una visión política democrático-popular que buscaba disminuir las desigualdades sociales y enfrentar la pobreza estructural del país, se incluyó la inversión en la generación de trabajo y renta en el ámbito de la gestión de residuos en Belo Horizonte a partir del año 1993. Se beneficiaron sectores tradicionalmente excluidos de la ciudad formal, con la colaboración de recolectores de materiales reciclables, la incorporación de carretoneros en el reciclaje de escombros y la ejecución de los servicios en villas y barrios periféricos.
Por su parte, la dificultad de la limpieza urbana desafiaba a la nueva administración, dejando la impresión de que sería imposible mantener la ciudad limpia a pesar de los esfuerzos. La Avenida Paraná, en pleno centro de la capital, era barrida 10 veces al día. Era evidente que los problemas relacionados con la basura urbana demandaban más que simples soluciones operacionales y que el poder público no podría resolver sólo esos problemas. Le correspondía al gobierno municipal asumir de forma complementaria una función educativa y de estímulo a la participación social.
Se trataba de revisar valores, principios, comportamientos… En otras palabras, el trabajo necesitaba enfrentar la gran desconsideración de la sociedad en lo que se refería a la constante de arrojar basura en la vía pública, sitios eriazos, cursos de agua, destrucción de equipamientos destinados a la recolección y al desconocimiento del ciudadano en cuanto a su responsabilidad con el residuo que genera.
En última instancia, el objetivo era cambiar conceptos y hábitos arraigados, buscando alteraciones en la forma de percibir la basura y de lidiar con ella. Se consideraba esencial que la población pasara a cuestionar los patrones insustentables de producción y consumo, y ése, es un asunto especialmente delicado, porque significa interferir en la sensación de libertad y felicidad de las personas o incluso del poder personal que se tiene del derecho de consumir y desperdiciar cuanto se pueda.
La actuación enfocada hacia el cambio cultural y promoción de la participación social en la gestión de residuos se apoyó principalmente en el trabajo de comunicación y movilización social de la Superintendencia de Limpieza Urbana-SLU. Para hacer que la población cuestionase el consumismo voraz, la lógica de desperdicio y el destino dado a los residuos generados, se estableció una actuación efervescente y creativa junto a diferentes sectores de la comunidad de Belo Horizonte. En esta participación, se destaca la constitución de acciones conjuntas con segmentos organizados –iniciativas privadas, organizaciones comunitarias, universidades, organismos públicos y ONG´s, entre otros- buscando establecer relaciones orgánicas y duraderas de cooperación entre la prefectura-SLU y la sociedad.
Para la movilización social se usaron acciones educativas convencionales con el repaso de informaciones por medio de folletos, videos, cursos, seminarios y capacitaciones. Se consideraba que solo el proceso informativo sería insuficiente para garantizar los cambios necesarios. Para que las personas “comprasen” la idea y se sintieran motivados para apoyar la nueva “causa”, fue necesario un método pedagógico que incorporara los aspectos afectivos y más efectivos de aprendizaje. Para cambiar a las personas era necesario tocarlos más profundamente.
En este sentido fue instituida como una de las estrategias de movilización social para la limpieza urbana en Belo Horizonte, una forma de promover la sensibilización de las personas por medio de situaciones lúdicas, con humor y entretenimiento, usando al arte como herramienta.Se usaron lenguajes variados según conviniera: teatro callejero, danza, teatro de muñecos, teatro convencional, shows musicales e incluso artes plásticas.
En 1993, fue creado el grupo teatral ATÉ TU SLU, que se presentó en escuelas, callejones, plazas públicas, eventos oficiales o dentro de buses. Se crearon decenas de obras teatrales relacionadas a la temática ambiental y se realizaron miles de presentaciones. Además, los propios trabajadores de la limpieza urbana pasaron a formar parte del batallón por la limpieza, no solo barriendo o recolectando basura, sino también componiendo el cuerpo artístico que interaccionaba con la ciudadanía. Se identificaron talentos entre los más de 5000 trabajadores de la SLU que pasaron a actuar en grupos artísticos de teatro (Barredores Estrellas), danza (Brake limpieza), música (Basurero Swing y coral de la SLU), artes plásticas (esculturas con materiales reciclables) y hasta en artes circenses.
Este tipo de actuación de la SLU, hasta entonces inexistente como práctica en la gestión pública de un órgano dedicado a la prestación de servicios esencialmente operacionales, fue al principio poco comprendida y hasta cuestionada por algunos miembros de la propia administración municipal, por considerar el gasto inapropiado (¿o era una inversión?) para acciones de esa naturaleza. Los resultados fueron tan sorprendentes- por la simpatía que las intervenciones proporcionaban al público y principalmente por la cobertura que los medios daban a tantas acciones inusitadas en manifestaciones que, aparentemente, no tenían vinculación con la limpieza urbana-, que otros órganos de la prefectura pidieron apoyo a la SLU y también comenzaron a invertir en movilización social por medio del arte.
Se instituyó una nueva área en la SLU creada especialmente para cuidar de la movilización social con un equipo multidisciplinario, con técnicos concursantes, facilitando la participación de la población en un tema hasta entonces inhóspito, dándole color, atractivo y belleza. Ejemplos de las actuaciones que llenaban la agenda de la ciudad, principalmente de 1993 a 1996, son:
-La promoción del carnaval de recolectores, con trajes de material reaprovechable.
-El compromiso en las celebraciones del Día del Indio, con la actividad “SLU pinta la cara y entra en la tribu de la limpieza”, invitando a las personas a respetar más su hábitat.
-La actividad del mes de Mayo “Barriendo con el preconcepto y valorizando al trabajador de la limpieza”, buscando alertar sobre la discriminación y falta de respeto en relación a los servicios considerados menos nobles y dejado solo para las clases sociales de menos recursos y, en especial, a los negros.
-La realización de eventos de impacto, como “SLU fuera del aire”, paralizando por 24 horas la limpieza de lugares que eran barridos diez veces al día, con diversas actividades que llamaban la atención hacia el hecho.
-Caminatas de la limpieza, celebrando los aniversarios de la SLU, con participación de miles de uniformados en la Avenida Afonso Pena, mostrando la absurda cantidad de personas que se necesitan para mantener la ciudad relativamente limpia, debido principalmente a la falta de consciencia de la población.
Todas estas actividades atraían a los medios de comunicación y esa era exactamente la intención. Para llegar a más de dos millones de personas sin tener que gastar en medios pagados, se abusaba de la creatividad para que las acciones fueran cubiertas por diversos medios.
Aunque todos los programas del nuevo modelo de gestión de residuos implementado en Belo Horizonte tuviesen un fuerte componente de movilización social, el programa de recolección selectiva era y continúa siendo, sin duda, el que más depende de la participación de cada municipio, separando los materiales reciclables en casa, lugar de trabajo, de ocio, de estudio … Las personas necesitan ser sensibilizadas para sumarse al programa y para cambiar sus hábitos en el trato con la basura y la relación con las personas que viven de la basura. La implementación de la recolección selectiva también involucra la actuación junto a los recolectores de materiales reciclables, de forma que se valorice su trabajo por medio de su organización y capacitación, aparte de la necesaria articulación de acciones conjuntas para alcanzar resultados esperados.
En esta secuencia de artículos se focaliza este programa, buscando analizar su evolución y las perspectivas para su perfeccionamiento para que se pueda viabilizar una mayor recuperación de material reciclable y lograr un mejoramiento en la actividad de los recolectores en la línea de la cooperación.