Si todos conociesen la intimidad sexual de los otros, nadie saludaría a nadie.
El hombre comienza a morir en su primera experiencia sexual.
Todo tímido es candidato a un crimen sexual.
Los flacos sólo deberían amar vestidos, y nunca en la claridad.
Quien nunca deseó morir con el ser amado nunca amó, ni sabe lo que es amar.
Depravado es toda persona normal agarrada de forma flagrante.
Lo puro es capaz de abyecciones inesperadas y totales, y lo obsceno, de incoherencias deslumbrantes. Somos aquella pureza y somos aquella miseria. A veces aparecemos llenos de luz, como un santo de vitral, a veces surgimos como faunos de alfombra.
Todo deseo es vil.
El ómnibus apiñado es el túmulo del pudor.
El asmático es el único que no engaña.
No damos importancia al beso en la boca. Y mientras tanto, el verdadero acto de desvirgar es el primer beso en la boca. La verdadera posesión es el beso en la boca, y repito: – es el beso en la boca que hace de la pareja el ser único, definitivo. Todo el resto es secundario, tan frágil, tan irreal.
Sólo el rostro es indecente. Del cuello para abajo se podría andar desnudo.
La cama es un mueble metafísico.
El amoroso es sincero hasta que miente.
Todo amor es eterno. Si no es eterno, no era amor.
Amar es ser fiel a quien nos engaña.
Cualquiera de nosotros ya amó equivocadamente y ya odió equivocadamente.
Cualquier amor ha de sufrir una persecución asesina.
Somos impotentes del sentimiento y no perdonamos el amor ajeno. Por eso, no deje a nadie saber que ama.
Sin pasión no da ni para chupar un helado.
Amar es dar razón a quien no la tiene.
El pudor es la más afrodisíaca de las virtudes.
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