Tú eres un hombre. Y como todo hombre mereces todo lo que es destinado al hombre – alegría, dolor, tristeza y lucha. La naturaleza de los actos de la persona no tiene importancia, mientras ella actúe como guerrero. Si realmente crees que tu espíritu se está desviando, tendrás simplemente que enderezarlo, purgarlo, hacerlo perfecto, pues no hay ningún otro trabajo en todas nuestras vidas que valga más la pena. No enderezar el espíritu es buscar la muerte, y eso es lo mismo que no buscar nada, ya que la muerte nos alcanzará, sin importar lo que pase.
Buscar la perfección del espíritu del guerrero es el único emprendimiento digno de nuestra virilidad. La cosa más difícil de este mundo es adquirir la disposición de un guerrero. No sirve de nada ponerse triste, quejarse y encontrar justificaciones para las cosas, creyendo que alguien está siempre haciéndonos alguna cosa. Nadie le hace nada a nadie, mucho menos a un guerrero.
La auto-conmiseración no se condice con el poder. La disposición de un guerrero exige control sobre sí, y al mismo tiempo, exige que él se entregue. Tú puedes forzarte más allá de tus límites, si estuvieras con disposición para eso. Un guerrero hace su propia disposición.
Necesitamos de la disposición de guerrero para todos los actos. Si no, quedamos débiles y feos. No existe poder en una vida que no tenga esa disposición. Un guerrero es un cazador. Calcula todo. Eso es control. Pero una vez terminados sus cálculos, él actúa. Se entrega. Eso es abandono.
Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie puede empujarlo; nadie puede obligarlo a hacer cosas contra sí mismo o contra lo que él cree que es correcto. Un guerrero está preparado para sobrevivir y él sobrevive de la mejor manera posible.
Un guerrero puede ser herido, pero no ofendido. Para un guerrero, no hay nada ofensivo en los actos de sus semejantes, mientras él esté actuando dentro de la disposición correcta. Conseguir la disposición de un guerrero no es una cosa fácil. Es una revolución. Considerar a los animales y a nuestros semejantes como iguales es una acto magnífico del espíritu del guerrero. Se necesita poder para hacer eso. Todo el mundo que quiera seguir los pasos de guerrero, el camino del brujo, tiene que librarse de su sentimiento de autoimportancia.