Dulce Añoranza

Publicado por Editor 20 de septiembre de 2010

 

 

En tu dolor nos conocemos. Ella te congeló, sofocó, te hizo marchitarte. Dentro de mi amor tú conseguiste revivir tu historia tan amarga y reviviendo, liberarse, renacer. Tantas veces te zambulliste en el pozo de la amargura y cuando volvías, yo estaba a tu lado. Cada vez un poco más de luz despertaba en ti. La tiniebla cedía terreno lentamente. Era mi alegría ver tu alivio y gratitud.

En la memoria resplandece tu imagen. Morena, salvaje, dulce, inocente, frágil. Tu cuerpo vigoroso entregado a mis manos, tus lindos senos con los cuales tú me provocas. Nuestros cuerpos fundidos, tú te tocas porque yo quiero. Tu entrega, tu placer, tu libertad de ser mujer delante de mí. Me zambullo en tu boca dulce, contemplo tu rostro feliz y sublime en la alegría de amar y sentirse amada. Me zambullo de nuevo para beber la belleza que fulgura delante de mí.

El fuego del placer quema sin doler, sube por mi cuerpo y transborda el corazón. Tu ser y vida brilla delante de mí, se funde a mí en la luz de otro mundo elevado y puro. Somos luz en la luz, alegría que circula, amor que fecunda mi ser y el tuyo.

La luz chorrea de tu cuerpo como fuente que burbujea y transborda del seno de la Tierra. Tu rostro, tu corazón y tu vientre irradian. Yo me baño en esta luz y me hundo en ella.

Poso mi cabeza en tu corazón. El sol de amor que ahí brilla enciende mi amor. Tu pureza, inocencia y generosidad transborda para dentro de mí

Recuerdo sin recordar. De la bruma de un tiempo lejano viene la certeza de que ya fuimos felices juntos… No sé dónde, ni cuándo ni cómo. Pero es sólido como una joya. Reposo en esta certeza que me sustenta y me nutre. El amor permanece, impulsa hacia adelante, rehace los encuentros.

Tu belleza morena me ofusca, fascina y cautiva. La alegría del encuentro es con una chimenea en la memoria. Crepita, calienta e ilumina. Instante fugaz que no termina nunca. Tú estás viva dentro de mí. India, dulce, salvaje, suave como una flor. Tú te entregas como niña mujer, inocente, ardiente, sedienta, pura. Tu belleza brilla, perfuma mi ser. ¡Oh! Dulce añoranza de lo que pasó y que continúa vivo dentro de mí…

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