Sabedoria (IV)
La vida es muy simple, pero nosotros insistimos en hacerla complicada.
Decir la verdad, no dejarse dominar por la rabia; dar, aunque te hayan pedido poco; a través de estos tres pasos irás cerca de los dioses.
Cuando estás trabajando para otros hazlo con la misma dedicación como si fuese para ti.
Cuando la rabia nace, piensa en las consecuencias.
Tú te juzgas a ti mismo por lo que piensas que has logrado, los otros te juzgan por lo que has realmente logrado.
Es más difícil ser pobre sin quejarse que ser rico sin arrogancia.
El comandante de las fuerzas de un gran estado puede ser llevado, pero la voluntad de un hombre simple no puede ser tomada de él.
Es mejor no continuar que continuar sin propósito.
En un país bien gobernado la pobreza es algo para sentirse avergonzado. En un país mal gobernado la salud es algo para avergonzarse.
El hombre cortés puede ver una cuestión desde todos los ángulos sin parcialidad. El hombre inferior es tendencioso y sólo puede ver la cuestión de un sólo lado.
Una pintura es un poema sin palabras.
La verdadera bondad emerge del propio corazón del hombre. Todo hombre nace bueno.
Tomamos mayores dolores persuadiendo a los otros de que somos felices en vez de tratar de pensar así de nosotros mismos.
Prefiere atacar el mal que está dentro tuyo antes que atacar el mal que está en los otros.
El final del día está cerca cuando el hombre inferior hace largas sombras.
Resolviendo una dificultad mantienes un centenar a distancia.
El hombre gentil considera lo que es correcto; el vulgar lo que pagará.
Un hombre cortés se avergüenza de dejar que sus palabras se escapen a sus acciones.
Equilibrio es el perfecto estado del agua. Dejemos que ese sea nuestro modelo. Permanece quieta por dentro y calma en la superficie.
No es la falla de los otros de no apreciar tus habilidades lo que debe preocuparte, sino que tu falla al apreciar las de ellos.
Puedes engañar a un hombre honesto pero no hacerlo parecer un tonto.
Aquél que desea asegurar el bien de los otros ya se ha asegurado su propio bien.
La edad de los padres debe ser recordada, tanto por la alegría como por la ansiedad.
Nunca des una espada a un hombre que no puede danzar.
Haz acuerdos justos y ajústate a ellos.
El tonto desprecia un buen consejo, pero el sabio lo toma de corazón.
Para ordenar al mundo correctamente, primero debemos poner a la nación en orden; para poner a la nación en orden, primero debemos ordenar a la familia, para poner a la familia en orden, primero debemos cultivar nuestra vida personal; para hacer eso, primero debemos apaciguar nuestros corazones.
Jamás busques riqueza ilícita.
Saber lo que sabes y saber lo que no sabes – esa es la real sabiduría.
Comprenderte a ti mismo es la llave para la sabiduría.