Brujos, Chamanes y Guerreros

Publicado por Editor 13 de febrero de 2020
Feiticeiros, Xamãs e Guerreiros

Feiticeiros, Xamãs e Guerreiros

Como un gesto al espíritu, los brujos traen lo mejor de sí, y en silencio lo ofrecen a lo abstracto. Ser un brujo no significa practicar hechicerías, o trabajar para afectar a las personas, o ser poseído por demonios. Ser un brujo significa alcanzar un nivel de consciencia que da acceso a cosas inconcebibles.

El término brujería es inadecuado para expresar lo que los hechiceros hacen, como también el término chamanismo. Las acciones de los brujos existen exclusivamente en el reino de lo abstracto, de lo impersonal. Los brujos luchan para alcanzar una meta que no tiene nada que ver con las búsquedas del hombre común. Las aspiraciones de los hechiceros son alcanzar el infinito y ser conscientes de él.

La gran tarea de los brujos es traer la idea de que para evolucionar, el hombre primero debe liberar su consciencia de las amarras del orden social. Una vez que la consciencia esté libre, el intento irá a re-direccionarlo para un nuevo camino de evolución

No te fastidies si no te hace sentido lo que te voy a decir. Considerando tu temperamento, temo que puedas agotarte intentando comprender. ¡No hagas eso! Lo que le voy a decir sólo pretende mostrarte una dirección. No tendré tiempo para enseñarte todo lo que deseo. Sólo tendré tiempo de ponerte en el camino y esperar que busques de la misma manera que yo.

La convicción que los nuevos videntes tienen es que una vida de impecabilidad lleva inevitablemente al sentido de sobriedad, y éste por su lado, lleva a la movilización del “punto de encaje”, que es lo que determina la manera en que percibimos el mundo, limitándola o ampliándola.

Los nuevos videntes creían que el punto de encaje puede ser movido desde dentro. Ellos fueron más allá y afirmaron que los hombres impecables no necesitan de nadie para guiarlos, y solos, a través de la economía de su energía, pueden hacer todo lo que los videntes hacen. Todo lo que necesitan es de una mínima chance, la de tener conocimiento de las posibilidades que los videntes desvendaron.

La libertad es una aventura sin fin, donde arriesgamos nuestras vidas y mucho más por algunos momentos. Es algo más allá de los mundos, más allá de los pensamientos o sentimientos.

La obra de Castaneda permite varias lecturas, pudiendo ser vista como una obra de ficción sobre aprendizaje de brujería; como un relato de experiencias sensoriales – o como un estudio antropológico de chamanismo… estas son las más comunes. Sin embargo, este trabajo de recopilación, descortina dos lecturas nuevas resultantes de la vivencia de las mismas enseñanzas en contextos y circunstancias culturales y sociales diferentes de las vividas por Castaneda, los maestros-brujos y los aprendices.

Los conocimientos de Juan Matus sobre la existencia humana, contenido esencial de la obra, son presentados como doctrina del dominio de la consciencia y como un conjunto de reglas, normas y recursos de comportamiento adecuados a las varias facetas mágicas que un hombre de conocimiento puede adoptar o acumular, dependiendo de las circunstancias y de sus necesidades: siendo a veces el cazador que busca conocimiento, el guerrero que lucha por él, el brujo que lo manipula, o el vidente que lo percibe (todos ellos ensoñando o acechando)

(Recopilación Flórion)

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