Un segundo tipo de generosidad nace de la empatía al dolor. “El dolor del otro es mi dolor. Yo no quiero que sufras. Tu dolor resuena en mí”. Es la compasión que nace de la emoción humana. Es una generosidad que busca un resultado inmediato. “Quiero aliviar el dolor, quiero curar”. Pero no siempre es posible. Hay sufrimientos que no se curan. Hay personas que necesitan sufrir ciertas cosas para adquirir experiencia y sabiduría. Hay sufrimientos físicos y morales que no podemos evitar que las personas vivan. Ellas mismas escogen, quieren y encuentran que no tienen otra salida. O entonces la vida lo impone. No hay como evitarlo. Quien se identifica con el dolor del otro puede mezclarse demasiado con él. Se puede hundir con él. La empatía con el dolor ajeno necesita aliarse con un tanto de sabiduría y serenidad para lograr sus objetivos.
Otro tipo de generosidad incluye el sentido de responsabilidad, la empatía por el dolor del otro, pero emerge desde dentro de una alegría y serenidad profundas. Hay empeño y esfuerzo en ser útil, una búsqueda de un resultado que se dé lo más rápido posible, pero en el fondo del ser hay una solidez, una transparencia luminosa que no se quiebra, sea cual sea el resultado de mi empeño.
Si alguien es capaz de encontrar plena alegría en el acto de intentar ser útil para alguien, independiente del resultado, las palabras egoísmo y generosidad pierden el sentido, se disuelven una en la otra. El egoísta es aquél que no logró descubrir la alegría en el acto de ser útil. Busca fines personales que solo benefician o perjudican a terceros porque no fue capaz de encontrar el equilibrio pleno de la alegría de amar donándose. La recompensa de este acto no está en el resultado, en la gratitud, en el dinero recibido, en el aplauso y la fama, ni en el cielo después de la muerte. El propio acto es su recompensa.
Un estado como éste, cuando viene a nosotros, aunque sea raramente, nos trae la certeza de que es posible ser verdaderamente libre y autónomo, no de una forma aislada, sino de un modo participante dentro de la vida cotidiana y de las relaciones.