El arcángel Gabriel
vino directo del ciel’
llegó n’un rayo de luz
en tejeduras azules.
Y planeó junto a María
que n’aquell’hora zurcía
con ágiles albas manos
las ropas de los hermanos.
Y dijo enton’ Gabriel:
-Oh elegida de Dios,
dichosa entre los seres,
¡bendita entre las mujeres!
P’ra la más alta misión
prepara tu corazón,
te entrega Él, el niño
¡p’ra el terreno camino!
María – después d’esto oír –
El ángel ve’nton’se ir
Antes de oír el clamor:
– ¿Qué hago yo del amor?
Sobra sólo silencio,
un leve olor d’incienso
lejana campana vino
sellar enton’su destino.
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