Último eclipse del siglo.
El mundo puede acabar
La inmensa esfera de la luna
transita frente al sol
en su totalidad absoluta
Por algunos instantes,
de su supremacía viene la obscuridad
que el día invade.
Pájaros buscan nidos
y damas de noche abren pétalos.
A través de filtros se ve
la imagen de la sombra coronada.
Con perfeccionismo el universo
obedece a la coreografía del Supremo.
Pero no es aún el apocalipsis.
Se hace noche instantánea y, en seguida,
de repente resurge el gigante,
Pleno, radiante, implacable,
A los humanos concediendo la continuidad
De sus porfías y diásporas.