El papa es padre, ¡el papa es pop!

Publicado por Antonio Carlos Santini 24 de julio de 2013

Antonio Carlos Santini

Tengo muchos amigos cristianos no católicos. De hecho, ¡muy buenos amigos! Sabemos respetar nuestras diferencias y sumar nuestros puntos comunes. Pero no es difícil percibir su perplejidad ante las manifestaciones del pueblo católico en la presencia del Papa, algunas de ellas bordeando lo irracional. Pido permiso para explicar…

Como justifica la propia etimología del término “papa”, o sea, “papá”, el católico no ve al Sumo Pontífice sólo como una especie de autoridad, un supremo mandatario a quien todos le deben obediencia. Las demostraciones afectivas retratadas por la televisión en estos días de la Jornada Mundial de la Juventud – buscar la proximidad, tocar, abrazar… – traen a la superficie un estado interior que es propio de los hijos. Para nosotros, católicos, la relación con el Santo Padre es una “filiación”.

La religión católica es de hecho una religión filial. En el fondo, todo cristiano debería vivir la misma experiencia, ya que Dios es Padre de todos nosotros. En la práctica se ve que Dios es mucho más invocado como “Señor” que como “Padre”, con los siervos ocupando el espacio de los hijos.

En nuestro caso, tenemos una gran ayuda en la figura evangélica de María, sobre la que el apóstol Juan escuchó a los pies de la cruz: “He aquí tu Madre!” (Jn 19, 27). El católico se dirige a María como un hijo le habla a su madre. A mi manera de ver, esta relación con la Madre favorece la búsqueda de un padre, pues el corazón del fiel ya se acostumbró a los sentimientos y actitudes de hijo: basta transponerlo para el Padre del cielo.

Desde que Jesucristo eligió a uno de los doce apóstoles para estar en las bases de su Iglesia – “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” -, quedó patente la “paternidad” del apóstol, luego irradiada para los demás obispos y abades. De hecho, “abad” deriva de “abbá”, o sea: ¡padre!

Es verdad que el pueblo católico anda medio decepcionado desde que nuestros padres (otro término que significa “padre”) andan prefiriendo comportarse como nuestros “compañeros”, con visible dificultad para asumir la misión paternal que – digamos – es muy dolorosa…

Siendo así, que nadie se espante con la nueva onda de ternura y de cariño suscitada por el Papa Francisco, que abraza a los fieles, besa a los niños y sonríe para todos, pues esta onda sólo manifiesta sin reservas la manera como nosotros vemos al Obispo de Roma.

Claro, los demás obispos y sacerdotes también merecen el mismo cariño, pero esperamos que ellos también tengan una presencia paternal, cuando la obediencia no brota del poder ejercido, sino del amor distribuido…

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