A pesar de las tremendas presiones de la industria de armamentos, que recurre a todos los esquemas imaginables, inclusive un sofisticadísimo aparato de lobistas para asediar a los militares, prensa, escalones técnicos, diplomáticos y hasta políticos, el presidente Lula deberá anunciar en los próximos días su decisión de carácter estratégico sobre uno de los tres modelos que llegaron a la recta final de la licitación para la adquisición de 36 cazas militares llamada FX2.
Mientras los franceses se aproximaron más al presidente Lula y al Canciller Celso Amorim, los suecos se empeñaron en un fuertísimo cuerpo a cuerpo con los militares, y los norteamericanos perdieron fuerza porque no lograron usar su punto fuerte, la diplomacía: el nombramiento de un embajador para Brasil está empaquetado en el Congreso de los Estados Unidos hace meses.
Gracias a su carácter democrático, puede verse en internet una amplia discusión sobre los varios ángulos que condicionan la decisión de Lula. Ateniéndonos a las fuentes más confiables, podemos hacer una selección de los argumentos a favor de cada uno de los tres modelos, que son, el F-18 de los EEUU, fabricados por la Boeing, el Rafale francés, fabricado por la Dassault y el Gripen sueco, fabricado por la Saab.
Veamos los principales requisitos para ser ponderados:
1) Madurez tecnológica de los proyectos/modelos:
– F-18: este es su punto fuerte, es el tope de la evolución de la generación F, que concurría con los Mig soviéticos desde la época de la guerra de Vietnam, aunque sin superarlos. Es empleado en larga escala por la Marina de los EEUU, ideal para operar a partir de porta-aviones;
F-18
-Rafale: proyecto desarrollado por los franceses para sustituir a los Mirage, que fueron un éxito en la Fuerza Aérea Israelita en la guerra de los 6 días en 1967 y en otras oportunidades. Aún necesita de mucho empleo práctico y producción en escala para su madurez tecnológica;
-Gripen: proyecto desarrollado por los suecos con intereses más comerciales que estratégicos, ya que Suecia no tiene una tradición de involucrarse en conflictos. Nunca fue testeado en combate, que es su objetivo principal.
Gripen
Eficiencia técnico-económica:
Evidentemente, este aspecto fue el objeto de las etapas anteriores de la licitación, en que los tres modelos fueron seleccionados entre varios concurrentes en su inicio. A pesar de que este asunto es muy complejo, requiriendo un amplio análisis de especialistas, hay un punto visible “a simple vista”, pues tratándose de cazas de combate, que deben tener una mínima vulnerabilidad, el F-18 y el Rafale tienen dos motores, mientras el Gripen solo tiene uno.
Tecnología:
El F-18 es producto de la Boeing, que hoy es el resultado de la fusión de todas las empresas más importantes de aeronáutica en los EEUU, como McDonell, Douglas, etc., que tienen una larga experiencia incluso en el área especial. Sin duda es la gran ventaja tecnológica del F-18 en relación a los otros dos concurrentes.
Rafale: Francia inició este proyecto junto con otros países europeos como Reino Unido, Alemania, Italia y España. Divergencias sobre el tamaño del aparato, y el cuestionamiento del liderazgo francés llevaron a los otros países a unirse en otro proyecto, el Eurofighter Typhoon, desarrollado por un programa en conjunto envolviendo a las empresas Alenia Aeronautica, BAE Systems y EADS.
Gripen: su gran desventaja es la de depender de tecnologías difusas de varios países, principalmente la de los motores, producidos por la Volvo sobre licencia de la GE norteamericana.
Transferencia de Tecnología:
Los EEUU vienen tratando a Brasil como un concurrente estratégico de potencial considerable. Eso viene desde la época de los militares, más precisamente del gobierno de Geisel, cuando fue canciller Azeredo da Silveira, y Brasil apoyó el voto anti-sionista en la ONU, aproximándose a los países árabes y rompiendo el alineamiento automático con los EEUU. Fue también en esta época el Acuerdo Nuclear con Alemania, que permitió la construcción de las Usinas Nucleares de Angra dos Reis.
La transferencia de las “tecnologías sensibles” en los EEUU es controlada por el Senado. Hay una sólida tradición diferenciando los aliados de la OTAN, además de Israel y Japón, y exigiendo el análisis caso a caso para los demás clientes de su industria bélica.
Este punto, que ya fue definido como determinante por el presidente Lula, por el Canciller Celso Amorim y por el Ministro de Defensa Nelson Jobim, es lo que va a pesar fundamentalmente a favor del proyecto francés Rafale.
Rafale
Francia, totalmente al contrario de los EEUU, es un socio confiable, porque estratégicamente depende de esta asociación con Brasil para expandir su industria bélica para América Latina y África, donde Brasil tiene un liderazgo reconocido. La dependencia francesa de esta asociación aumentó bastante, después de que los socios europeos de Francia pasaron a alzar su propio vuelo. No nos olvidemos de la independencia de Francia en relación al liderazgo de los EEUU desde Charles DeGaulle, y que solo recientemente Francia accedió entrar en la OTAN, y lo hizo de una forma constrictiva.
Francia es partidaria de mudanzas en la gobernanza mundial con la substitución del G8 por el G20, el cual incluye a Brasil. Aparte de defender el asiento permanente de Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU, es entre los cuatro países que tienen autonomía tecnológica en la industria de defensa, lo que da más posibilidades para formar una alianza estratégica con América del Sur. Los otros tres son EEUU, Rusia y China.
La asociación de Francia con Brasil fue consolidada con el Acuerdo de Asociación Estratégica firmado a finales del 2008, que ya dio como desdoblamiento el contrato para la construcción de cinco submarinos de ataque, incluyendo el de propulsión nuclear, y de cincuenta helicópteros militares. Dicho sea de paso, la Helibrás, única fábrica de helicópteros de América Latina, situada en Itajubá, Sur de Minas Gerais, tuvo como socios en sus inicios al Gobierno de Minas Gerais (controlador) y la Aerospatiale francesa. Hoy es controlada por la Eurocopter/EADS, líder mundial del sector, resultado de la fusión de la Aerospatiale con la Daimler-Chrysler. La Helibrás tiene 300 profesionales altamente calificados y ya entregó más de 500 unidades.