Brasil y el Mercosur necesitan seguir a Europa.

Publicado por Heliana Kátia Tavares Campos 22 de mayo de 2009

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Fruto de la cooperación técnica entre Brasil e Italia, se desarrolló del 13 al 15 de Mayo el seminario internacional: “Regionalización y Gestión Asociada de Servicios Públicos y Manejo de Residuos Sólidos”. Aparte de la discusión detallada de las políticas, programas y acciones italianas, también se discutió el modelo implantado en Portugal y el proyecto de ley sobre residuos en Brasil, en tramitación en la Cámara Federal.
Quedó en evidencia que lo que hace que la implantación de la gestión asociada entre los municipios de esos 2 países europeos sea una realidad es que ambos están siguiendo la Directiva Europea de Residuos publicada por el parlamento europeo. En Noviembre pasado la nueva directiva 2008/98/ de la comunidad europea confirma la importancia de la regionalización planteando objetivos y directrices, presentando la siguiente jerarquía del tratamiento de residuos: a) Prevención y reducción; b) Preparación para la reutilización; c) Reciclaje; d) Otros tipos de valoración, por ejemplo, la energética; e) Eliminación por incineración o entierro. Además contempla el principio de “contaminador-pagador”, en el cual el productor y el usuario de embalajes deben asegurar la gestión de esos residuos de forma que garanticen un alto nivel de protección del ambiente y de la salud humana. Ordena una modificación de los patrones de consumo con la implantación de un sistema de control obligatorio anual para todos los países, sometiéndolos a sanciones económicas en los casos que no se cumplan las metas establecidas.
Comparativamente, Brasil debería acatar la Resolución nº 10/94 del Mercosur que dispone las directrices básicas en materia ambiental y que orienta a los estados miembros (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y asociados (Bolivia y Chile) en relación al tema. No existe ninguna exigencia por parte del Mercosur para su cumplimiento, no son establecidas metas y tampoco hay previsión de sanciones que puedan ser aplicadas en caso de incumplimiento de las directrices.
Como resultado de esta Directiva Europea para Residuos ha habido en algunos de sus países miembros caídas significativas en la generación de residuos, en especial en Alemania y en el norte de Italia. Los mayores avances se han dado en la separación en la fuente y en el reciclaje. En su primer plan de 10 años (PERSU 1985/95) Portugal eliminó los basurales y recicló (incluyendo compostaje) el 17% de todos los residuos generados en el país.
En Italia la recolección selectiva es obligatoria y definida por ley con metas graduales para que sean cumplidas en todo el territorio nacional, con un orden institucional y que permite la participación efectiva de la industria y de los productores de embalajes. El resultado alcanzado en poco tiempo es alentador. En función de un acuerdo firmado entre la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI) y el Consorcio Nacional de Fabricantes de Embalajes (CONAI), en el año 2007 se recicló el 30% de toda la basura generada quedando un poco más abajo de la meta que era de 40%. En el norte de Italia, la región más desarrollada del país, este índice alcanzó el 39%, en el centro 21% y en el sur apenas un 10%. Esta previsto un aumento progresivo de los índices de recolección selectiva en ese país con una previsión del 50% para el año 2009, 60% para el 2011 y un 65% para el 2012.
En Brasil la recolección selectiva continúa siendo voluntaria y está presente en menos del 10 % de los municipios. Según una investigación de Compromiso Empresarial para el Reciclaje (CEMPRE), en Brasil, son cerca de 410 municipios, con un poco más del 10% de la población brasileña, que operan algún tipo de recolección selectiva. La concentración de los programas permanece en las regiones más desarrolladas económicamente, o sea, el sudeste y sur del país. Gran parte de la recolección selectiva no es considerada en los indicadores, pues es llevada a cabo por un gran número de recolectores presentes en la gran mayoría de las ciudades brasileñas. De toda la basura generada en Brasil, solo cerca de un 2% es recolectado de forma seleccionada (IBGE 2004) y de este total, ni siquiera todo es reciclado.
Se espera que con la implantación de sistemas de gestión asociada y regionalizada de los residuos por medio del establecimiento del establecimiento de consorcios públicos (ley 11.107) y con la aprobación del PL 1991- Política Nacional de Residuos Sólidos, definiendo la responsabilidad del productor y del usuario con el principio de contaminador-pagador, se pueda dar un paso significativo en el mejoramiento de la gestión de los residuos en Brasil.
Este avance debería venir con el sentido de aumentar el índice tolerable de residuos destinados adecuadamente en rellenos sanitarios, 47%, según el censo del año 2000 del IBGE.
Debería también erradicar los basurales y establecer una verdadera política de recolección selectiva y reciclaje, reduciendo la cantidad de basura enterrada con una importante inclusión social de los recolectores. Definir las metas y los instrumentos para cumplirlos debe ser parte del Plano Nacional de Saneamiento en su componente Residuos Sólidos, actualmente en fase inicial de elaboración.

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