Crónica de ficción

Publicado por Sebastião Verly 17 de septiembre de 2009

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Volviendo de Boloña, Italia, donde fui a visitar a mi hijo que estaba allá estudiando, caí en la gracia de mi afectuoso compañero de asiento.

Comencé a hablar, como me agrada, pero él también adoraba tener ese placer.

En Italia, en Nápoles específicamente, estaban sofocados por aquellos días con la suciedad y basura que había por toda la ciudad.

Mi nuevo amigo comenzó a explicarme lo que pasaba. Pero antes quiso contarme un poco sobre la famosa Camorra. Hablaba enfático.

Camorra es el único fenómeno mafioso proveniente de un medio urbano. Su lugar de nacimiento es Nápoles, Italia; la fecha, cerca del inicio del siglo XIX. Las actividades de Camorra son incontables, desde especulación a extorsión, del contrabando de cigarros al tráfico de drogas, de la importación irregular de carne fraudulenta a la Unión Europea. Sin olvidar los dos sectores tradicionales del monopolio: el del juego clandestino y el de la producción de cemento. A esos, dijo mi compañero de viaje, le sumamos ahora la basura. Controlamos la basura en todo el mundo. De Nueva Delhi a Estocolmo, de Londres a Tegucigalpa, no hay en el mundo un solo lugar donde no estemos listos para asumir el control de la basura.

Habló largamente cómo se hace todo. Primero “compran” a los parlamentarios, después “compran” a los responsables por la fiscalización, y si encuentran alguna resistencia ellos no mandan ningún recado: matan! Simplemente eliminan a quien sirva de obstáculo para su devastador avance.

Usted, me decía él, tiene que ver que no existe mejor negocio en todo el mundo, cuando consideramos que cada persona genera como promedio un kilo de basura por día. Eso mismo: 6 billones y 500 millones de kilos de basura por día. Y el gobierno tiene que dar fin a toda esa porquería. Y es ahí que La Camorra entra en “asociación” con las empresas nacionales. Es más dinero del que genera la droga o el cemento que tenemos que dividir con algunos “nacionalistas” como el señor Antonio (ese nombre lo dice bien) Ermirio de ustedes.

En otra ocasión tuve la oportunidad de asistir en Belo Horizonte a una charla, promovida por el Ministerio Público Estadual, de un promotor italiano comprometido con la “Operación Manos Limpias” de combate a la Mafia, o a las mafias, principal producto de exportación de ese país en los últimos tiempos. El orador habló sobre el formidable aparato institucional desarrollado con la finalidad de desenmascarar los crímenes de naturaleza financiera, propios de la mafia. Habló sobre la aparatosa “Guardia di Finanza”, corporación uniformada comandada por un general oriundo de su propia estructura.

Pero a partir del medio de la exposición asumió un tono pesimista diciendo que su país vivía un período prolongado de estagnación económica. Contrastando con ese cuadro, citó el hecho de que nuevas redes de supermercados y magazines venía surgiendo en el sur de Italia, generando un dinamismo económico considerable y, principalmente, nuevos empleos. Para cerrar la exposición explicó que aquél dinamismo era proveniente de la actuación de la Mafia Napolitana y de la actividad de contrabando de cigarros de las repúblicas nacidas de la antigua Yugoslavia para la Unión Europea. Con tono casi depresivo se dirigió a la platea de promotores, fiscales, policías y periodistas pidiendo ayuda: ¿qué harían ustedes en una situación de esas?

Yo me reía para no llorar…

¡Adonde vinimos a parar Dios mío!… (¡Y yo que pensaba que era ateo!)

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