Hay una perplejidad invadiendo el alma de los brasileños demócratas y una cierta inseguridad también. No tememos por grandes hecatombes, no creemos que habrá “tsunamis” devastadores comprometiendo nuestra vida republicana o nuestras conquistas democráticas, pero alguna cosa que corroe y oxida nos viene preocupando.
Los espacios políticos-partidarios no tienen más las mismas demarcaciones que tuvieron en otros tiempos. El ácido de la falta de compromiso público impregna, contamina y debilita a lo que tradicionalmente llamábamos izquierda y derecha. Lo público y lo privado pasaron a confundirse/interactuar en una relación promiscua en muchos aspectos.
Los hechos van y vienen conforme a la dinámica de los grandes medios de comunicación. Surgen y desaparecen como si lo real fuese ficción, o si lo real fuese solo un plasma de aquello que los intereses del calor del minuto moldearon.
Tenemos hoy al gobernador Arruda preso, él, que desde la época del panel del Senado se mostró medio bobo. Hizo lo que todos hacen, es de la generación de ingenieros que encubre y enreda todo en la medición de las obras públicas. Lo agarraron, tal vez no tanto por un imperativo de la ley o la justicia, sino para intentar salvar la imagen de nuestra “República Nunca Antes Tan Corrupta” y contraponer la imagen de los principales mandatarios que necesitan ser salvaguardados.
Nadie duda de que en Brasil existan acuerdos de impunidad que acontecen al margen y en rebeldía en contra de las instituciones, por connivencia o por la fragilidad de las mismas. Impunidades aún tapadas por discursos hipócritas que banalizan la ética y la moral.
La perla del 2010 fue el Ministro Celso Melo del Supremo Tribunal Federal – STF, llamando paciente al criminal. ¡Él está en lo cierto! Víctimas de enfermedades, ya sean epidemias, endemias, pandemias, son realmente pacientes. ¿Qué es la corrupción en Brasil? Pregunte a los médicos.
¿Necesitamos banderas? ¿Nuevas o antiguas? ¡Necesito una bandera para continuar sintiéndome brasileña! Para continuar, sobre todo, teniendo orgullo de ser brasileña.
Pido ayuda a los amigos. ¿Cuál es la salida? Indago como militante: ¿Cuáles son las tareas? ¿Cuál es el camino? Recordando al poeta español Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.