Mao Tsé-tung – Citas – Sobre la Práctica – Parte 1 – Del Conocimiento Sensorial al Racional

Publicado por Editor 15 de abril de 2010

Mao Tsé-tung – Citas - Sobre la Práctica - Parte 1 Del Conocimiento Sensorial al Conocimiento Racional

La actividad de los hombres en la producción constituye justamente la base de su actividad práctica, lo determinante en todas las demás actividades. El conocimiento del hombre depende esencialmente de su actividad en la producción material, durante la cual va comprendiendo progresivamente los fenómenos de la Naturaleza, sus propiedades, sus leyes, así como las relaciones entre él mismo y la Naturaleza; al mismo tiempo, por su actividad de producción, aprende a conocer paulatina y gradualmente ciertas relaciones existentes entre los propios hombres. No es posible adquirir ninguno de estos conocimientos fuera de la actividad de producción.

La práctica social de los hombres no se reduce a su actividad en la producción. Ella se presenta sobre muchas otras formas: la participación en las luchas por los derechos sociales y comunitarios, en la vida política, las actividades científicas y artísticas; en resumen, el hombre, como ser social, participa en todos los dominios de la vida práctica de la sociedad. Es por esa razón que el hombre al aprender, aprehende en diversos grados las diferentes relaciones entre los hombres, no sólo en la vida material, sino también en la vida política y cultural, ambas estrechamente ligadas a la vida material.

La verdad de un conocimiento o de una teoría no se determina por una apreciación subjetiva, sino por los resultados objetivos de la práctica social. El criterio de la verdad no puede ser otro sino la práctica social.

En el proceso de la práctica, los hombres no ven al comienzo, sino las apariencias, los aspectos aislados y las ligaciones externas de las cosas. Esta etapa del conocimiento se denomina etapa sensorial, esto es, la etapa de las sensaciones y de las impresiones. Esta es la primera etapa del conocimiento. En esta etapa, los hombres aún no pueden formar conceptos, pues estos corresponden a un nivel más profundo, ni tampoco sacar alguna conclusión lógica.

La continuación de la práctica social implica la repetición múltiple de hechos que suscitan en los hombres la concomitante repetición de sensaciones e impresiones. Es entonces cuando se produce un cambio súbito, un salto en la consciencia de esos hombres y en su proceso de conocimiento: surgen los conceptos. Los conceptos dejan de ser simples reflejos de las apariencias de las cosas, de sus aspectos aislados y de sus ligaciones externas, porque captan los hechos en su esencia, en su conjunto y en las ligaciones internas. Entre el concepto y la sensación existe una diferencia no sólo cuantitativa, sino también cualitativa. El desarrollo posterior, a través del juicio y de la deducción, puede llevar a extraer conclusiones lógicas. Ésta es la segunda etapa del conocimiento.

La verdadera tarea del conocimiento consiste en pasar de las sensaciones al pensamiento, en llegar progresivamente a la comprensión de las contradicciones internas de los hechos, de sus leyes y de las ligaciones internas entre procesos, esto quiere decir, alcanzar el conocimiento lógico. Repetimos: el conocimiento lógico difiere del conocimiento sensorial en la medida que éste alcanza sólo los aspectos aislados, las apariencias y las ligaciones externas de las cosas, mientras el otro, dando un enorme paso al frente, alcanza la totalidad de cada fenómeno, su esencia y la ligación interna de las cosas, poniendo al desnudo las contradicciones internas del mundo objetivo y puede, por eso mismo, alcanzar el dominio del desarrollo del mundo circundante en su conjunto, en las ligaciones internas y en todos sus aspectos.

El primer paso en el proceso de conocimiento es el contacto con los fenómenos del mundo exterior: la etapa de las sensaciones. El segundo es la síntesis de los datos proporcionados por las sensaciones, ordenándolos y elaborándolos: la etapa de los conceptos, de los juicios y de las deducciones. Sólo cuando los datos recibidos por las sensaciones son numerosos, ricos, no fragmentarios, completos, y están de acuerdo con la realidad, que no resulten de un error de los sentidos, pueden servir de base para formar conceptos correctos y una teoría correcta.

El conocimiento racional merece crédito precisamente porque tiene un origen en lo sensorial; de otro modo, el conocimiento racional sería un río sin naciente, un árbol sin raíces, cualquier cosa exclusivamente subjetiva, autogenerada e indigna de confianza. En el orden del proceso de conocimiento, la experiencia sensorial viene en primer lugar; si acentuamos la importancia de la práctica social en el proceso de conocimiento es porque sólo ella puede dar origen al conocimiento humano, permitiéndole a los hombres comenzar a adquirir una experiencia sensorial del mundo exterior objetivo. Para una persona que cierra los ojos, tapa sus oídos y se aísla totalmente del mundo exterior objetivo, no hay conocimiento posible. El conocimiento se inicia con la experiencia: esa es nuestra visión de la teoría del conocimiento.

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