Hamurabi y la Logística Reversa

Publicado por Sebastião Verly 20 de julio de 2011

Ur, ciudad natal de Abraham, para quien le gustan los crucigramas, era hasta hace poco tiempo considerada la ciudad más antigua que se conocía. Hoy se considera que es Jericó. La diferencia es de aproximadamente 4000 años.

En el caso de la basura urbana, según encontré en internet, hace diez mil años había en Jericó un sistema de recolección bien complejo. Las personas descartaban todo lo que no les servía en casa y el rey mandaba a recoger y amontonar las cosas fuera de los muros de la ciudad.

En Ur, 4000 años más tarde, otro rey, Hamurabi, tuvo una idea genial. Logró que cada artesano cuidara de los desperdicios que generaba. Así, el zapatero concordó en recibir de vuelta los zapatos viejos cuando ya no sirvieran para nada. Era común que alguien llegara a esos talleres y viera un montón de cueros viejos, que los niños pedían para hacer tirachinas u ondas. Con los retazos también se hacían cinturones y cuerdas.

El fabricante de cestos de bambú recogía los residuos que había generado y se la pasaba a los fabricantes de jabón que los aprovechaban para colar la materia prima compuesta de ceniza de fogón a leña y sebo, que antes era descartado por el carnicero.

El sastre y las costureras también colaboraban aceptando recibir de vuelta las piezas de ropas que quedaban viejas. De ellas sacaban los botones para reutilizarlos y los tejidos eran recortados en pedazos rectangulares que eran cosidos nuevamente, transformándose en hermosas colchas multicolores. Encima de una cama vieja que quedaba en el antiguo cuarto de costuras de cada casa había siempre un pedazo de paño que era útil para remendar la ropa que se rasgaba.

Podría relatar páginas y más páginas sobre todos los acuerdos entre los artesanos y Hamurabi, pero puedo asegurar que en esa moderna ciudad el tesorero real ni tenía conocimiento del asunto.

El tiempo pasó y ya en la civilizada Roma vimos un retroceso, el emperador para agradar a los patricios mandaba a recolectar toda la basura en la puerta de sus casas y transportarla hasta terrenos baldíos de la periferia, semejantes a los basurales de Jericó.

Desde entonces fue poco lo que evolucionamos hasta ahora, permanecemos como en los primeros años de Jericó. Todos los días, o en días alternados, los camiones pasan en la puerta de las casas para recoger la inmundicia que las personas depositan en las calzadas.

Estamos en la hora de avanzar. Podemos buscar en Ur la Logística Reversa si obtenemos la colaboración de los fabricantes y comerciantes que inundan nuestras ciudades frenéticamente con embalajes y bagatelas.

Quién sabe si buscamos a los dueños de supermercados, les presentamos esta idea y logramos que colaboren, aceptando de vuelta parte de la enorme cantidad de materiales que terminan en las calles o yendo para los infectados rellenos sanitarios para una demorada descomposición.

Mañana mismo voy a buscar a mi amigo Zé Nogueira, uno de los dueños de las redes de supermercados EPA, Mart Plus y Via Brasil para proponerle que sea pionero y aproveche el marketing ecológico a su favor.

Si él y sus colegas colaboran avanzaremos 4000 años, del modelo actual copiado de Jericó, a la Logística Reversa implantada por Hamurabi.

 

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