El Silencio Interior

Publicado por Editor 3 de octubre de 2012

Toda la raza humana mantiene un determinado nivel de función y eficacia a través del diálogo interior. El diálogo interior es la llave para mantener el punto de encaje en la posición que es compartida por toda la raza humana: a la altura del omóplato derecho, a un brazo de distancia.

Realizando lo opuesto al diálogo interior, o sea, el Silencio Interior, el practicante puede romper la fijación de su punto de encaje, adquiriendo así una extraordinaria fluidez de percepción. El pasaje para el mundo de los brujos se abre después de que el guerrero aprende a parar el diálogo interior.

Modificar nuestra concepción del mundo es el punto neurálgico de la brujería. Y parar el diálogo interior es el único medio de conseguir eso. El resto es puro relleno. Ahora estás en condición de saber que nada de lo que viste o hiciste, a excepción de haber parado el diálogo interior, podría por sí solo haber modificado alguna cosa en ti, o en tu concepción del mundo. La condición, naturalmente, es que esa modificación no sea perturbada.

Apagar el diálogo interior es la llave del mundo de los brujos. Las otras actividades son meros auxilios que lo único que hacen es acelerar el efecto de apagar el diálogo interno. El diálogo interior es lo que nos prende a la Tierra. El mundo es tal o cual cosa sólo porque hablamos con nosotros  mismos diciendo que él es de determinada manera.

La suspensión del diálogo interior, el eterno compañero de los pensamientos, significa un estado de profunda quietud. Un estado especial de ser, en que pensamientos son cancelados y se puede funcionar a partir de otro nivel que no sea el de la consciencia cotidiana.

Los antiguos brujos llamaron a ese estado Silencio Interior, porque es el estado en que la percepción no depende de los sentidos. Lo que está funcionando durante el Silencio Interior es otra facultad que tiene el hombre, la facultad que lo torna un ser mágico, la misma facultad que le fue restringida, no por el hombre propiamente tal, sino por la instalación alienígena.

El Silencio Interior es la postura de la cual deriva todo en la brujería. En otras palabras, todo lo que hacemos conduce a esa postura, que como todo el resto en el mundo de los brujos, no se revela hasta que algo gigantesco nos acontece.

Los antiguos brujos concibieron maneras interminables para sacudirlos, o a los otros practicantes de brujería hasta sus bases, con el fin de alcanzar ese codiciado estado de Silencio Interior. Consideraban los actos más disparatados, que pueden no parecer relacionados a la búsqueda del Silencio Interior, como por ejemplo saltar en cascadas o pasar noches colgado con la cabeza hacia abajo de una rama de árbol, como siendo los puntos llave para su aparecimiento. El Silencio Interior se acumula, aumenta. Es necesario construir un núcleo de Silencio Interior y después ampliarlo, segundo por segundo, en cada ocasión que se practique.

Cada individuo tiene un umbral diferente de Silencio Interior en términos de tiempo, lo que significa que el Silencio Interior debe ser mantenido individualmente, durante el tiempo de nuestro umbral específico, antes de poder funcionar. El Silencio Interior funciona a partir del momento que comienzas a acumularlo. Lo que los antiguos brujos pretendían era el dramático resultado final de alcanzar ese umbral individual de silencio.

Algunos practicantes muy talentosos necesitan solamente algunos minutos de silencio para alcanzar la codiciada meta. Otros, menos talentosos, necesitan de largos periodos de silencio, tal vez más de una hora completa de quietud, antes de alcanzar el objetivo deseado. El resultado deseado es lo que los viejos brujos llamaban Parar el Mundo, el momento en que todo a nuestro alrededor cesa de ser lo que siempre fue.

Este es el momento en que los brujos vuelven a la verdadera naturaleza del hombre. Los antiguos brujos también lo llamaban de libertad total. Es el momento en que el hombre esclavo se torna un ser libre, capaz de realizar hechos de percepción que desafían a nuestra imaginación linear.

El Silencio Interior es el camino que lleva a una verdadera suspensión del juicio, a un momento en que la información sensorial que emana del universo en libertad deja de ser interpretada por los sentidos, el momento en que la cognición cesa de ser la fuerza que, a través del uso y de la repetición, decide la naturaleza del mundo.

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