Sêneca Frases – parte II

Publicado por Editor 7 de mayo de 2013

 

Poder, coraje, miedo

Cuando consideras el número de hombres que están frente a ti, ¡piensa en cuántos te siguen!

Un viejo proverbio dice que es en la arena que el gladiador debe aconsejarse.

Poderoso es aquél que es señor de sí mismo.

Puedes huir de los otros, pero no de ti mismo.

La suerte respeta al valiente y oprime al cobarde, conduce lo que consiente y arrastra lo que resiste.

Algunos líderes son considerados grandes porque les midieron también el pedestal.

¿Ves a aquellos que elogian la elocuencia, escoltan la riqueza, adulan a los bienhechores y alaban al poder? Todos son enemigos, o pueden serlo.

Si alguien está ligado a la posición de una única persona, su lugar no es en la curia y sí entre las facciones partidarias.

No es porque ciertas cosas son difíciles que nosotros no osamos. Es justamente porque no osamos que tales cosas son difíciles.

La adversidad hace del hombre un sabio.

Algunos, sin haber dado rumbo a sus vidas, son flagrados por el destino cansados y somnolientos.

¿Cuántas veces el día trascurrió como estaba planeado?

Lo que piensas de ti mismo es mucho más importante de los que los otros piensan de ti.

El oro es probado por el fuego. Los bravos por la aflicción.

Timonel que se jacta navega con la vela despedazada.

El coraje conduce a las estrellas y el miedo a la muerte.

Si un gran hombre cae, aun después de la caída, él continúa grande.

Dejarás de temer cuando dejes de tener esperanza.

Comandar no significa dominar, sino cumplir un deber.

Los hombres que se tornan arrogantes con el éxito tienen el mal hábito de odiar a aquellos a quien ofendieron.

Sospecha de tu amigo que algún día lo podrás tener como enemigo.

Un atleta no puede llegar a la competición muy motivado si nunca fue puesto a prueba.

Debemos ir a buscar el coraje a nuestro propio desespero.

La ignorancia, o mejor dicho, la demencia humana es tan grande que algunos son llevados a la muerte justamente por el miedo a la muerte.

No es de la muerte que tenemos miedo, sino de pensar en ella.

La supresión de los deseos es también un remedio útil contra el miedo.

Quien es temido, teme: no puede quedarse tranquilo quien es objeto del miedo ajeno.

Vivir significa luchar.

Justamente aquellas cosas que provocan más miedo son menos temibles.

Las cosas que nos asustan son más numerosas que las que efectivamente nos hacen mal, y nos afligimos más por las apariencias que por los hechos reales.

Nada es tan lamentable y nocivo como anticipar desgracias.

La vida sin una meta, es completamente vacía.

Fé, confianza, éxito, pesimismo.

Nadie es obligado a correr por la vía del éxito.

Desventurado es aquél que así se juzga.

En la vida pública nadie mira a los que están peor, sino que sólo miran a los que están mejor.

Está equivocado cuando crees en todos, pero también estás equivocado cuando no crees en nadie.

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