Los tres mosqueteros eran cuatro…

No sé de qué antepasado heredé la compulsión por la lógica. Infausta herencia para ser arrojado a un planeta donde todo es un caos, donde el derecho se muestra al revés y exige el respeto que no merece.

Este mundo donde vivimos está loco. Que en él no se busque – es una tarea sin gloria e inútil – cualquier trazo de coherencia lógica. Las cosas nunca son lo que son y siempre están dispuestas a dejar de ser aquello que nunca fueron… si estoy siendo obscuro, es impresión del lector: obscura es la Verdad fugitiva…

¡El hecho es que los hechos nunca serían aprobados en un test de inteligencia! Al final, los tres mosqueteros eran cuatro: Athos, Portos, Aramis y D´Artagnan. Peor todavía: ¿quién sale por las calles de la ciudad a esparcir una estera de desechos? ¡El camión de la basura!

Dentro de esta línea de realidades, apuntamos a una serie de hechos, propuestas, fantasías y frases célebres. Entre la risa y el espanto, lo ilógico de lo cotidiano:

-Compré un automóvil porque los buses no me paraban. Ahora soy yo el que debo pararlos.

– Un hombre a caballo, de espada y carabina, recibe el nombre de “Pacificador”.

– Los dos trapecistas chocaron en el aire. Por suerte cayeron en la jaula de los leones.

– “¡Este es un país que va hacia adelante!”

– La mujer huyó de casa, aunque odiase al marido.

– Vadinho volvió a la casa de pileque, a las 3 y 15 de la madrugada. Gracias a Dios, quien abrió la puerta fue su suegra, que llegó de visita la noche anterior.

– Vamos a esperar que el queque crezca para después repartirlo. ¡Con paciencia y control de las funciones digestivas sentiremos el gustito!

– Aunque se amaban profundamente, terminaron casados.

– Mi mamá me adora. No sé por qué se casó con mi papá…

– Mi papá adora a mi madre. No sé por qué vive en la calle…

– “Todo médico sufre de prisión de vientre”. (Ivan Illich)

– Las personas se casan porque no soportan más la soledad. Después se separan, pues no aguantan más la mutua compañía.

– El General Euler Bentes vivía en la Calle Figueiredo Magalhães…

– En el manicomio, los locos están presos. Sólo el psiquiatra puede pasear en la calle.

– Perro que ladra no muerde (mientras ladra). Perro que muerde no ladra (mientras muerde).

– Fue abierta hoy la Conferencia de Paz. Las fábricas de cañones hicieron su trabajo.

– 1ª Guerra Mundial: esta es una guerra que acabará con todas las guerras…

– Caio Julio Cesar: “¿Hasta tú, Brutus?”

– Edevaldo se cansó de esa vida. Después de trabajar veinte años como enterrador, resolvió estudiar medicina.

– A pesar de su temperamento inestable, Olivéiro aceptó el puesto de ascensorista…

– El león llegó al consultorio. Se acostó confortablemente. Abrió bien la boca. Y se tragó al dentista.

– “Nunca tantos debieron tanto…” (Parodiando a Churchill)

– El abuelo tiene una bella voz de barítono. Cuando canta en el bañero, toda la familia hace fila afuera.

– Leogildo era un joven auxiliar de panadero. Ayudaba a don Manuel a enrollar la masa. Después creció y cambió de trabajo: se volvió político.

– ¡¿Cuántas veces ya te dije que no me digas lo que yo debo decir?!

– El hombre que pasa hambre es siempre visto como un potencial subservivo.

– “Joven rica, bien tratada, burra como una puerta: ¡un amor! (Mário de Andrade)

– “Plantando, todo da”. (Viajero portugués que desconocía la burocracia del Ministerio de Agricultura)

– Aunque se sintiese mal y tuviera un gran amor por la vida, se dirigió al hospital.

– Lleno de razones y protegido por los preceptos legales, gastó una fortuna con el mejor abogado.

– La producción brasileña de cebollas fue quemada y lanzada a las aguas del río São Francisco. A continuación importamos dos navíos de cebollas brotadas.

– “Rasga, Corazón” y  otras piezas de teatro premiadas por el Ministerio de Educación y Cultura fueron prohibidas por el Ministerio de Justicia.

– El hombre no es el mejor amigo del perro.

– Richard Wagner se casó con Cósima Liszt, mujer de Hans von Bülow, su mejor amigo.

– El hombre no es el mejor amigo del hombre…