Sólo los brujos pueden transformar sus sentimientos en intento. El intento es el espíritu, y es él el que mueve sus puntos de encaje. La parte engañosa de todo eso es que sólo los brujos saben al respecto del espíritu, el intento es del dominio exclusivo de ellos.
Esto no es verdadero de ninguna manera, pero en la práctica es así que se presenta. La contradicción real es que los brujos son más conscientes de su conexión con el espíritu que el hombre común, y luchan para manipularla. Eso es todo. Ya expliqué que el eslabón de conexión con el intento es compartido por todo lo que existe.
Estoy intentando introducir las historias de brujería como tema. Nunca te hablé de modo específico sobre ese tópico porque tradicionalmente es dejado oculto. Es el último artificio del espíritu.
Es necesario comenzar a sacar conclusiones basadas en una visión sistemática del pasado, conclusiones tanto sobre el mundo de los quehaceres diarios como sobre el mundo de los brujos.
Los brujos son vitalmente preocupados con su historia, pero no me refiero a su historia personal. Para los brujos su historia es lo que los otros brujos hicieron en tiempos pasados. Y lo que vamos a hacer ahora es examinar ese pasado.
El hombre común también examina su pasado. Pero examina principalmente su pasado personal y lo hace por motivos personales. Los brujos hacen practicamente lo opuesto, consultan su pasado de modo a obtener un punto de referencia.
El hombre común se mide contra el pasado, sea su pasado personal o el conocimiento pasado de su tiempo, de forma que encuentren justificaciones para su comportamiento presente y futuro, o para establecer un modelo para sí mismo. Sólo los brujos buscan de modo genuino un punto de referencia en su pasado.
Para los brujos, establecer un punto de referencia significa obtener una oportunidad de examinar el intento. Qué es exactamente el obletivo de ese tópico final de instrucción. Y nada puede dar a los brujos una visión mejor del intento que examinar historias de otros brujos, esforzándose para comprender la misma fuerza.
Las sutilezas del espíritu
Usando la consciencia intensificada durante miles de años de doloroso esfuerzo, los brujos obtuvieron percepciones específicas del intento, y pasaron ese precioso conocimiento directo de generación en generación, hasta el presente. La tarea de la brujería es tomar ese conocimiento aparentemente incomprensible y tornarlo comprensible por los patrones de la consciencia de la vida cotidiana.
En brujería hay 21 manifestaciones sutiles, que llamaremos sutilezas del espíritu – ordenadas en un nivel creciente de complejidad – y entonces, basados en esas manifestaciones, hay gran cantidad de historias sobre los maestros brujos de nuestro linaje, luchando para comprender el espíritu.
Es tiempo de contarte sobre esas sutilezas y las historias de brujería. Aquí se lidia con el primer y segundo de los seis conjuntos de sutilezas, que comprenden: las manifestaciones del espíritu, el asalto del espíritu, las artimañas del espíritu, la bajada del espíritu, los requisitos del intento, la decisión del espíritu, la manipulación del intento y los designios del espíritu.
Por medios más allá de la comprensión, cada detalle de cada sutileza se repite para todos los aprendices. El modo por el cual cada aprendiz percibe esas sutilezas crea una serie de historias alrededor de ellas, incorporando los detalles particulares de la personalidad de cada aprendiz y de las circunstancias. Cuando el aprendiz comprende cada una de esas sutilezas es como si hubiese colocado la última piedra que concluye una inmensa pirámide.
Las señales del espíritu
La primera historia de brujería que voy a contarte es llamada señales del espíritu, pero no dejes que el título te impresione. Las señales del espíritu son sólo la primer sutileza alrededor de la cual la primera historia de brujería está construida.
Esa primera sutileza es una historia en sí misma. La historia dice que tiempos atrás hubo un hombre, un hombre común sin ningún atributo especial. Era como todos los demás, un conducto para el espíritu. Y en virtud de eso, como todos los demás, era parte del espíritu, parte de lo abstracto. Pero no sabía de eso. El mundo lo mantenía tan ocupado que él realmente no tenía tiempo ni inclinación para dar importancia al asunto.
El espíritu intentó sin éxito revelar su conexión. Usando una voz interior, el espíritu reveló sus secretos, pero el hombre era incapaz de comprender las revelaciones. Naturalmente, oía la voz interior, pero creía que eran sus propios sentimientos que estaba sintiendo y sus propios pensamientos que estaba pensando.
El espíritu, para sacudirlo de su letargo, le dio tres señales sucesivos. El espíritu cruzó físicamente el camino del hombre de la manera más obvia. Pero el hombre estaba ajeno a cualquier otra cosa, sólo se preocupaba consigo mismo.
Acabé de contarte la primera sutileza. La única cosa que podría agregar es que por causa de la absoluta porfía del hombre en percibir, el espíritu fue forzado a usar artimañas. Y las artimañas se tornaron la esencia del camino de los brujos. Pero eso es otra historia.
Los brujos comprenden esa sutileza como un esquema de los acontecimientos, o un patrón que aparece todas las veces en que el intento esté dando una indicación de algo significativo. Las sutilezas, así, son esquemas de cadenas completas de eventos.
Presentimientos y dádivas
Todo acto ejecutado por brujos es ejecutado a través de su eslabón con el intento. Los brujos, tienen por lo tanto que estar viva y permanentemente atentos a las manifestaciones del espíritu.
Tales señales son llamadas gestos del espíritu o, de modo más simple, presentimientos. El hombre puede modificar todo lo que lo cerca, el mundo se adapta a nosotros. Eso no es una dádiva, es un acto de voluntad, un acto de poder. El mundo sustentado por la razón hace de todo eso un acontecimiento insignificante, que podemos observar por un momento, entre cosas más importantes. El mundo sustentado por la voluntad, al contrario, lo torna un acto de poder, que podemos ver.
Cuando un brujo interpreta un presentimiento, sabe su significado exacto sin tener ninguna noción de cómo lo sabe. Este es uno de los efectos desconcertantes del eslabón de conexión con el intento. Los brujos tienen un sentido de saber cosas directamente. La medida de su certeza depende de la fuerza y claridad de su eslabón de conexión.
La sensación que todos conocen como “intuición” es la activación de nuestro eslabón con el intento. Y desde que los brujos persiguen con deliberación la comprensión y el fortalecimiento de ese eslabón, se puede decir que intuyen todo infalible y cuidadosamente. Interpretar presentimientos es lugar común para brujos- los errores acontecen sólo cuando sentimientos personales intervienen y hacen turbio el eslabón de conexión de los brujos con el intento. De otro modo su conocimiento directo es totalmente perfeccionado y funcional.
El espíritu se manifiesta a un maestro brujo en todo momento. Mientras tanto, esta no es la verdad completa. La verdad completa es que el espíritu se revela a todos con la misma intensidad y consistencia, pero sólo los brujos están sintonizados a tales revelaciones.
El intento crea escenarios frente a nosotros y nos invita a penetrarlos. Este es el modo por el que los brujos comprenden lo que está aconteciendo a su alrededor.