El peligro de las definiciones es que simplifican los temas para tornarlos comprensibles; en este caso, al definir la atención, se corre el riesgo de transformar una realización mágica y milagrosa en algo banal. La atención es la mayor realización singular del hombre.
Se desarrolla a partir de la simple consciencia animal hasta cubrir toda la gama de alternativas humanas. Los videntes la perfeccionan aún más, hasta que cubra todo el alcance de las posibilidades humanas.
Las alternativas humanas son todo lo que somos capaces de escoger como personas. Ellas tienen que ver con el nivel de nuestra actuación cotidiana, lo conocido; y, debido a esto, son bastante limitadas en número y alcance. Las posibilidades humanas pertenecen a lo desconocido.
No somos aquellos que somos capaces de escoger, sino aquello que tenemos la capacidad de alcanzar.
Un ejemplo de las alternativas humanas es nuestra opción de creer que el cuerpo humano es un objeto entre objetos. Un ejemplo de las posibilidades humanas es el hecho de los videntes ver al hombre como un ser luminoso de forma oval. Con el cuerpo como objeto se aborda lo conocido, con el cuerpo como huevo luminoso se aborda lo desconocido; las posibilidades humanas tienen, por lo tanto, un alcance casi inagotable.
La consciencia comienza con la presión permanente que las emanaciones libres ejercen sobre las aprisionadas en el interior del capullo. Esa presión produce el primer acto de consciencia; ella detiene el movimiento de las emanaciones aprisionadas que están luchando para quebrar el capullo, luchando para morir.
Para el vidente, la verdad es que todos los seres vivos están luchando para morir. Lo que detiene a la muerte es la consciencia.
Los nuevos videntes quedaron profundamente perturbados por el hecho que la consciencia evita la muerte y al mismo tiempo la induce, siendo alimento para el Águila. Una vez que no lograron explicarlo, pues no hay manera racional para comprender la existencia, los videntes notaron que su conocimiento es compuesto de preposiciones contradictorias.
No significa que ellos desarrollaron un sistema de contradicciones. Ellos no desarrollaron nada. Encontraron verdades incuestionables, modelos de sobriedad, y al mismo tiempo tenían que abandonar todas esas cualidades para poder ser completamente libres y abiertos a las maravillas y misterios de la existencia.
Sólo el sentimiento de suprema sobriedad puede extender un puente sobre las contradicciones. Puedes llamar al puente entre las contradicciones de la manera que quieras… arte, afecto, sobriedad, amor, o incluso gentileza.
Tres Niveles de Consciencia
Nuestro ser total está constituido de dos segmentos perceptibles. El primero es el cuerpo físico conocido que todos podemos percibir; el segundo es el cuerpo luminoso, un capullo que sólo los videntes logran percibir, un capullo que nos da la apariencia de huevos luminosos gigantescos.
Con el fin de explicar esos conceptos, se divide la consciencia en tres partes desiguales: la menor, primera atención, es la consciencia que toda persona normal desarrolla con el fin de lidiar con el mundo diario; ella abarca el conocimiento del cuerpo físico. La otra parte mayor, la segunda atención, es el conocimiento de que necesitamos percibir nuestro capullo luminoso para actuar como seres luminosos. La segunda atención permanece como tela de fondo durante toda nuestra vida, a no ser que sea transportada a través del entrenamiento deliberado o por un trauma accidental, y abarca el conocimiento de nuestro cuerpo luminoso. La última parte, la mayor, tercera atención, es una consciencia inconmensurable que involucra aspectos indefinibles del conocimiento de los cuerpos físico y luminoso.
Los videntes dicen que hay tres tipos de atención. Cuando dicen eso, se refieren solamente a los seres humanos, no a todos los seres conscientes que existen. Pero no son sólo tipos de atención: son antes, tres niveles de realización.
Después de mucho trabajo, los videntes llegaron a la conclusión de que la consciencia de los seres humanos adultos, madurada por el proceso de crecimiento, es modificada, tornándose algo más intenso y complejo, que los videntes llaman atención. En un determinado momento del crecimiento de los seres humanos, una porción de las emanaciones interiores de sus capullos se torna muy intensa; a medida que seres humanos acumulan experiencia, ella comienza a brillar. En ciertos casos, el brillo de esa porción de emanaciones aumenta tan drásticamente que se funde con las emanaciones del exterior. Los videntes, atestiguando una evolución de ese tipo, tuvieron que concluir que la consciencia es la materia prima, mientras la atención es el producto final de la madurez.
Dicen que la atención es el control e intensificación de la consciencia a través del proceso de estar vivo.